BRASILIA.- Un grupo de manifestantes acampó ayer de madrugada frente al domicilio del alcalde de Río de Janeiro, Eduardo Paes, y otro se reunió frente a la sede del Congreso, en Brasilia, dos meses después de las multitudinarias protestas callejeras que sacudieron a Brasil y luego de que la semana pasada se registraran heridos y detenidos en marchas en Río y San Pablo. La concentración frente a la casa de Paes, en protesta por las obras para la Copa del Mundo de fútbol de 2014 y los Juegos Olímpicos de 2016, comenzó el sábado por la tarde. Vecinos de los barrios de la zona norte de Río, donde se realizan esas obras, se reunieron frente a la residencia del alcalde para protestar contra los desalojos obligatorios y la falta de mejores compensaciones económicas para los desplazados. Otro grupo de manifestantes se concentró también desde ayer frente al Palacio del Congreso, en Brasilia, para repudiar el tendido de un alambrado de protección tras la invasión del predio durante las protestas de junio. Brasil vive una ola de protestas que se iniciaron el 10 de junio en San Pablo con una manifestación contra el aumento de las tarifas de colectivos y trenes, y se extendió a todo el país y a diversas reivindicaciones. (Télam)