En las clásicas entrevistas personales, Alejandro Fantino recibió anoche en “Animales sueltos” a Charly García, quien conmovió con su historia de vida y su vínculo con las drogas. “No hay cura porque no hay enfermedad”, dijo el músico al hablar sobre sus adicciones. 

En medio de la charla, Fantino le pidió que contara su relación con Palito Ortega. Entonces, Charly se elevó aún más alto que su talento musical. Se lo veía altísimo, allí arriba, en la cima del agradecimiento. Comentó que él y Palito habían tenido mil enfrentamientos. “Era como un Boca -River: la música como arte y la música para vender, la música como latas de arvejas. Ocurrió que yo hice unas declaraciones en Punta del Este y él me llevó a juicio”.

Pero parece que el destino arma sus planes sin reparar en tribunales ni arvejas. “Un día, Palito y yo volvimos a hablar —recordó Charly—. Y un día me internaron y él me vino a buscar. Yo no esperaba que justo él me viniera a buscar. Pero me vino a buscar y me dio un hogar, un estudio, su familia. No era fácil sacarme de donde estaba internado. Pero él se metió con la jueza, hizo los trámites… Palito luchó como loco, porque si no, me iban a llevar a un lugar peor”, detalló. “Las drogas a cada uno le hacen distinto—admitió—.Yo fui víctima de mi ignorancia, del prejuicio y, lamentablemente, de los que estaban cerca de mí”. Desde esas sombras, su relato volvió a la gratitud: “Palito me salvó la vida”, dijo Charly García. Y no era  una metáfora.

Más tarde llegó el turno de Mercedes Sosa. “Mercedes fue mi amiga, mi madre y mi novia”, definió. Y creyó necesario aclarar lo del noviazgo: “No porque pasara algo entre nosotros, sino porque a pesar de su edad y su fama internacional, Mercedes se fijó en mí e hicimos cosas juntos”.

Sobre su familia, Charly dijo: "Tuve la desgracia de que se me murieran mi papá y mi hermano en una semana. Mi papá cuando se ponía en pedo, tocaba tangos muy lindos. Mi papá sintió que los Beatles eran el fin de la civilización".

Por último, sobre su relación con Spinetta  dijo: "muy profunda, de hermano. Lo que nos dividía era la gente, la hinchada. A mí, Spinetta me partió la cabeza. El primer disco de Almendra fue una obra de arte. Le debo mucho a Spinetta. Sobre todo, el coraje de vestirse así, salir así y cantar lo que cantaba".

Luego habló de sus últimos días: "Recé mucho por él", dijo y luego contó la inolvidable anécdota sobre el tema (Rezo por vos) y el incendio del estudio. Inolvidable.