"Los problemas que tiene actualmente la producción de frutilla tucumana no son climáticos, sino que son problemas macroeconómicos, que vienen de arrastre desde hace ya varios años y sólo debemos hacer un pequeño ejercicio para demostrar esto", dijo Daniel Bianciotti, productor frutillero.
En 2007, los frutilleros tucumanos plantamos 610 hectáreas (ha) para cubrir las necesidades del mercado interno e internacional de fruta congelada, que en 2008 tiene su máximo pico con casi 700 ha plantadas, recordó.
Bianciotti recordó que a partir de esa fecha se empezó a producir una caída en las superficies plantadas que pasan a 590 ha, en 2009; pasa a 485 ha; en 2010, a 400 ha; y en 2011 y 2012, a 350 ha, valores que este año están cerca o un poco menos. Esto demuestra que "los problemas que arrastramos tienen más que ver con el dólar planchado, el alto aumento del precio de los insumos y de los costos laborales y que, además golpea, a los consumidores en el mercado interno", concluyó.
Además -dijo-, debemos analizar qué es lo que pasó en las exportaciones realizadas a los mercados internacionales, donde Tucumán siempre cubrió entre el 70% y el 80% del total argentino exportado.
En 2007, se exportaron 8.700 toneladas (t), subiendo a 9.050 t, en 2008, cae a 5.400; en 2009, sube un poquito, y en 2010 y 2011 llega a 5.900 t, y cae abruptamente, en 2012, a 2.550 t, debido a que se suspende el acuerdo con los EEUU, de estar exentos en el arancel del 11% para ingresar a ese mercado. Lo real es que, "desde 2007 a la fecha, se perdieron más de 1.200 puestos de trabajo en el sector y, además, se produjo una gran caída en el ingreso de divisas por todos los problemas que actualmente nos arrastran", dijo.
Ante este escenario, los productores empezaron, este año, a plantar más temprano, buscando la "primicia" para vender en el mercado interno y competir, en ese mercado, desde abril hasta fines de agosto, con las zonas productoras de Santa Fe y Corrientes.