PARANÁ.- El procurador general de Entre Ríos, Jorge García, anticipó hoy que apelará el fallo que sobreseyó al ex prefecto del Seminario Menor de Paraná, Justo José Ilarraz, acusado de abusar de al menos 50 seminaristas de entre 10 y 14 años entre l984 y l992. El funcionario remarcó que apelará la decisión de la Sala I de la Cámara del Crimen, que concluyó que la causa contra el sacerdote está prescripta por el paso del tiempo.
"Vamos a agotar hasta las últimas instancias para que esto se investigue penalmente y este señor no solamente no vuelva a la capilla, sino que vaya con sus huesos a la cárcel", sostuvo García. Explicó que si el fallo queda firme "no habría restricciones para que Ilarraz vuelva a Monteros y se haga cargo de la parroquia” donde ejercía hasta que estalló el escándalo.
El procurador recalcó que “uno de los argumentos interesantes para continuar con la investigación es que el Papa (Francisco) ha condenado esta clase de hechos como aberrantes y ha puesto énfasis en que no se va a ocultar ni a proteger a ninguno de estos actores".
"La iglesia lo va a separar (a Ilarraz) porque estos hechos ocurrieron y las víctimas siguen siendo víctimas”, completó el procurador.
El caso Karlic
En tanto, el abogado del ex arzobispo de Paraná, monseñor Esteban Karlic, a quien se acusa de ocultar el hecho y de no informar a la Justicia de lo sucedido en el seminario local, sostuvo que “la prescripción de la acción penal es justa y adecuada a derecho”.
“Este es un delito cometido hace 20 años, por lo tanto es normal que haya ocurrido la prescripción”, agregó el abogado Marciano Martínez. También negó que Karlic y los arzobispos que lo sucedieron incurrieran en el delito de encubrimiento. “Es un delito de acción privada. Los padres tendrían que haber hecho la denuncia”, remarcó.
En tanto, la presidenta de la Asociación Civil Vidaer, Carla Cusimano, expresó su “sorpresa porque esto no le hace bien a la sociedad, tampoco a las víctimas ni mucho menos a la Iglesia”.
“El sacerdote Ilarraz debería ser sometido a proceso penal para que se establezca si realmente es inocente de las causas por las que fue denunciado. La justicia dejó libre a una persona que seguirá sospechada de por vida”, completó.
El caso, que tomó estado público en septiembre del año pasado, nunca fue comunicado a la justicia ordinaria por el entonces arzobispo de Paraná, monseñor Karlic y se mantuvo en el más estricto secreto hasta que algunas supuestas víctimas del cura decidieron presentarse en los estrados judiciales. A Ilarraz se le aplicó una sanción simbólica, que le prohibía volver a la diócesis local y tomar contacto con los seminaristas.
El cura fue enviado a Roma por el propio Karlic y, al regresar, se distanció un tiempo del sacerdocio, se radicó en Buenos Aires y más tarde se trasladó a Tucumán, donde la iglesia lo designó párroco de la localidad de Monteros, donde ejerció el sacerdocio hasta septiembre pasado. (Télam)