En la provincia se registraron 471 focos de incendios en julio, lo que marcó el nivel más alto en nueve años. La quema de caña de azúcar representó el 57% del total de fuegos detectados; mientras que el resto, un 43%, se detectó en pastizales, potreros, basurales y otras coberturas vegetales.

Así lo confirmó la Estación Experimental del INTA Famaillá en su último monitoreo, que se realiza a través de sensores remotos y sistemas de información geográfica (SIG). El organismo realiza el seguimiento de esta práctica desde 2004. El registro del mes pasado representó un aumento del 82% respecto de julio de 2009, y un 179% por encima del promedio histórico (de 169 fuegos). El valor máximo anterior fue justamente en julio de 2009, con 259 puntos de referencia.

Según el informe, las heladas de julio fueron determinantes en el incremento de los focos de incendio, sobre todo, a finales del mes. "En efecto, en los últimos 10 días se observaron 364 focos de calor, o sea el 77% del total del mes (...) Sólo el 30 de julio se consignaron 94 incendios; es decir, un 15% del total en lo que va del año", puntualizó el trabajo del INTA Famaillá. Leales, Burruyacu y Cruz Alta fueron los departamentos con mayor cantidad de incendios asentados: 88, 74 y 71 respectivamente.

"Estos valores relativos indican que, aún en plena zafra de caña, los focos de incendio en este cultivo y en otras coberturas vegetales se mantienen equilibrados", dijo el INTA tras su relevamiento.

En el mes se produjeron 11 heladas agronómicas, o sea, a nivel de suelo. "Las más importantes se presentaron en la última década del mes. Fueron fuertes y de larga duración las dos primeras; mientras que las dos siguientes resultaron moderadas. Todas fueron consecutivas, tanto en intensidad como en duración", destacó el informe. Esas condiciones, entre otros factores más, generaron una mayor inflamabilidad de la vegetación.