Fútbol y revancha van de la mano en la historia de un jugador. Gonzalo Parisi, uno de los que estrena vida en San Martín, conoce el paño y, a sus 28 años el nacido en Santa Rosa (La Pampa) sabe que tiene mucho hilo en el carretel para entregarle al club.

Parisi hace un mea culpa. Reconoce que en los clásicos no tuvo un buen rendimiento. "No voy a negar que mis actuaciones en esos partidos me dejaron un poco preocupado. En un clásico uno siempre quiere destacarse, máxime cuando es una tarjeta de presentación en tu nuevo club", asume el ex Guillermo Brown de Puerto Madryn, que le encuentra argumentos a la situación. "No quiero volverme loco, sé que vengo de una pretemporada dura, como hacía mucho no tenía, y con pocos minutos de juego".

Pero el hombre se auto castiga. "En La Ciudadela me equivoqué mucho con la pelota, sabía que eso podía ocurrir, pues venía de un largo período de no hacer nada. Y en el Monumental, en el primer tiempo no pude ganar ninguna pelota en lo alto... Lo que sí rescaté fue que pude aguantar los 90 minutos del partido", comenta el delantero que la temporada pasada anotó 12 tantos en la zona Sur del Argentino A.

El físico es todo en Parisi. "Necesitaba hacer una pretemporada buena para estar 10 puntos. Soy optimista, cada día que pasa me veo mejor en ese aspecto y eso para un jugador de mi porte ya es un paso adelante", afirma "El Toro".

Pasado el huracán emocional y con kilómetros de fútbol entre semana, el verdadero Parisi (así lo confirma) se despachó con un doblete en el amistoso del jueves pasado, frente a Villa Mitre. "Para un delantero siempre es bueno marcar, por más que sea un amistoso. Por eso, a estos goles le doy el valor anímico que se merecen", explica el pampeano, y arremete: "sé que es el momento de preparación y que más allá de los resultados, lo que el técnico analiza es el nivel de juego de cada uno de nosotros. Hay que estar bien".

Sin pretender justificarse, Parisi intenta defenderse ante las críticas. "Algunos relativizarán mis goles. Se los hice a un equipo de la Primera B liguista. Sí. Pero si yo no hubiera convertido, calculo, me habrían criticado por no haberlos hecho. El fútbol es así y se necesita ser equilibrado, tanto en las alegrías como en las tristezas", dice, pero claro, él solo va por alegrías.