La siembra de los lotes experimentales del primer trigo transgénico del mundo, tecnología que están desarrollando investigadores argentinos del Conicet, la Universidad Nacional del Litoral (UNL) y la empresa Bioceres, generó gran expectativa entre los productores trigueros de todo el país.
El fin que persigue la investigación es lograr que los cultivos tengan una mayor tolerancia a la sequía y a la salinidad, efectos a los que se enfrentan los productores en la actualidad
De esta manera, la Argentina sería el primer país del mundo en producir trigo transgénico, según la publicación del diario "La Nación".
Se calcula que ya se han invertido U$S 10 millones en el proyecto para que estas semillas transgénicas estén en el mercado agrícola dentro de tres años.
El inicio del proyecto fue hace 10 años, cuando se comenzó a desarrollar la tecnología HB4: un gen que fue extraído del girasol y podría aportar también a otros cultivos una mayor tolerancia -tanto a la sequía como a la salinidad-, lo que permitirá un aumento de los rendimientos promedio del cultivo de entre 10% y 15%, sin afectar el potencial del mismo en condiciones de alta productividad.
Se estima que este beneficio implicará ingresos adicionales de entre US$ 80 y US$ 150 por hectárea, dependiendo de la zona de producción.
Como se observa el uso de la biotecnología sigue avanzando en procura de mejorar la rentabilidad del productor argentino.