No sólo por deporte o estudio las necesitamos. Son flexibles, todo el peso se reparte entre los hombros y resultan más cómodas para los que son de mucho andar. La mochila se incorporó en el pasado a la indumentaria para dejar libres las manos y empuñar fusiles o bastones en las guerras. Y a mediados de los 40, las mujeres se vieron obligadas a cambiar la incómoda cartera de mano por la bandolera, un bolso flexible de inspiración militar, provisto de una tira larga cruzada en el frente. Fueron los italianos los que renovaron el diseño de los bolsos e introdujeron materiales diferentes al cuero, como el terciopelo y la lona. Desde hace unos años las grandes marcas internacionales -como Chanel, Louis Vuitton o Gucci- han sabido cobijar la mochila de manera independiente a las calzas y a las zapatillas, y ya la han convertido en el nuevo bolso cool. Vos, ¿con cuál te quedás?