BUENOS AIRES.- Se desvanece la posibilidad de que Estados Unidos respalde la pelea de la Argentina contra los fondos buitres, considerando que el próximo viernes vence el plazo para hacer presentaciones ante la Corte Suprema de Justicia norteamericana. El gobierno del presidente Barack Obama aún no envió un amicus curiae, es decir el escrito que refleje su posición a favor de la Argentina, como había trascendido. La Corte de Estados Unidos fijó el martes 16 de julio, es decir el martes anterior, como plazo para enviar un amicus curiae por el caso argentino. "Entonces hasta el martes debía enviar un escrito anunciando qué iba a hacer y, después, presentarlo hasta el viernes 25", explicó una de las fuentes citadas por el diario "La Nación".
La decisión de la administración norteamericana de no apoyar el reclamo de la Argentina, es un revés para el Gobierno de la presidenta Cristina Fernández, en su intención de que el máximo tribunal estadounidense acepte analizar el caso. "El gobierno argentino, como los holdouts (fondos buitres), ya saben cuál fue la decisión", aseguró otra fuente mencionada por el diario "Clarín".
La postura del FMI
El directorio del Fondo Monetario Internacional (FMI) tiene previsto discutir "informalmente", el próximo martes, la recomendación que elevará a la gerencia para que el organismo de crédito respalde la posición argentina ante la Corte Suprema de Estados Unidos, en la batalla que lleva adelante contra los fondos buitre.
La decisión fue confirmada por fuentes del organismo, tras haberse conocido en la prensa que la gerencia del FMI, a cargo de Christine Lagarde, realizará una recomendación ante el máximo tribunal mediante de un amicus curiaeen favor de la postura argentina. Ello implicará el rechazo de la posición de los fondos buitre, del juez estadounidense, Thomas Griesa, y de la Cámara de Apelaciones de Nueva York, en lo que respecta a que el país habría violado el tratamiento igualitario a los acreedores mediante su propuesta de canje de deuda. El pronunciamiento de la entidad de crédito se sustenta en el temor a que un fallo judicial adverso para el país represente un peligro para la arquitectura financiera mundial. (Especial-Télam)