La aventura se respira con sólo ver el vehículo. Las enormes ruedas todo-terreno, el motor que brama con voz ronca ante cada arremetida en el acelerador y los cinturones de seguridad tensos en cada uno de sus 16 asientos anticipan que el viaje en Unimog será, cuanto menos, agitado. El llamativo camión descapotable es 4x4 y tiene 150 caballos de fuerza, lo que hace casi imposible detenerlo. Las salvajes pendientes y las filosas piedras por las que se desplaza no son obstáculos para este transporte que nació con fines militares, pero que en Tafí del Valle se usa para disfrutar de los inigualables paisajes por dentro.
"¿Ya estamos?", pregunta detrás del volante Daniel Carrazano, de La Cumbre excursiones, y recibe un pulgar levantado como respuesta. Pone primera y da inicio a la travesía por el río Tafí, cuyo recorrido insume más de dos horas y media e incluye varias paradas.
Primer tramo
El camión arranca por la avenida Presidente Perón, con marcha pesada pero firme, mientras el viento enfría la cara de los pasajeros. Después, se zambulle en una calle de ripio y comienza a sacudir todo lo que vaya a bordo. Minutos después, se realiza la primera parada en Los Suris, un taller de artesanías en cerámica.
Tras conocer algunos de los secretos del arte de escurrir las yemas en la arcilla, llegó la hora de volver a saborear la adrenalina. El Unimog cruje mientras avanza por un camino agreste conocido como Camino del Viejo Petaquero, que une la villa con El Mollar. Con el cauce del río a escasos metros y con los imponentes Valles Calchaquíes como testigos de la travesía, la hora de la aventura y de poner a prueba al camión llegó.
"Vamos para allá", dice Carrazano, y vira hacia un terreno donde no hay caminos, sólo vegetación, grandes desniveles, empinadas subidas y rocas de todos los tamaños. Arriba, todo baila y la adrenalina fluye por las venas de cada pasajero. Abajo, muy abajo de los pies, todo obstáculo es superado por los neumáticos tipo tractor, que con sus dientes se van devorando los desafíos.
Con el corazón acelerado, es hora de continuar con el recorrido que tiene en total 15 kilómetros y vale $ 150 por persona. El pintoresco cementerio de Tafí del Valle y el pueblo de Ojo de Agua, que posee unos corrales de piedra de hace más de 200 años, surgen en el camino hacia una nueva parada: el espejo de agua del dique La Angostura.
Para que todos los sentidos queden satisfechos con el paseo, el último descanso antes del regreso es en la granja ecológica "Campo del Molino". La visita incluye una degustación de bocaditos y distintos dulces artesanales, además de un reconfortante café.
Si te gusta la aventura, hay muchas opciones para conocer Tafí del Valle de una forma más activa. Podés contratar excursiones de a pie, en bicicleta o a caballo.
El guía Martín Silva realiza distintas caminatas por los Valles y las Ruinas de Quilmes en grupo (0381-154642587). Eco Aventuras, de Miguel Angel Cruz, propone recorrer los Valles haciendo trekking o cicloturismo.
El paseo guiado en dos ruedas de dos horas y media se puede contratar desde los $70 e incluye casco, seguro, mapa y un refrigerio. También realizan circuitos para ciclistas más experimentados.
Además podés cabalgar por el pueblo y por los cerros junto a un guía. Se puede alquilar un caballo a dos cuadras de la terminal de ómnibus. La hora cuesta desde $ 60.