ENSAYO

LA EXTINCIÓN DE LA DIÁSPORA JUDÍA

SANTIAGO KOVADLOFF

(Emecé - Buenos Aires)

"Dos mil trescientos años atrás empieza a circular, entre los judíos, la palabra diáspora. ¿De dónde viene esa palabra? Un Egipto helenizado ha conquistado el reino de Israel. Alejandría, fundada un poco antes, recibe, proveniente de Palestina, cien mil judíos. Se estima en otros cien mil el número de judíos que ya, en ese momento, residían en Egipto. Ni los recién llegados ni quienes los precedieron dominan el hebreo. Nada les dice la lengua del libro. Alejandría, no obstante, se convertirá en el centro más activo de la vida judía en Egipto". La cita inicia el Capítulo II del libro "La extinción de la diáspora judía" (Emecé), de Santiago Kovadloff. Son 236 páginas con mucha historia y varias teorías. Es que el ensayista apeló a textos que refieren a diversos momentos del pueblo judío. Desfilan entonces las ideas de Nahum Goldmann, Emmanuel Levinas, Jean Daniel, León Rozitchner, Robert Misrahi, George Steiner, Yakov Rabkin y Alain Finkielkraut.

No se trata de un libro de esos que se leen rápido. Todo lo contrario. Meterse en sus páginas implica en ocasiones la relectura de algunos de sus párrafos. Será éste un ejercicio que se hará costumbre y servirá para ratificar conceptos u oponerse a otros. Lo interesante es que este trabajo habilita a pensar. Y muchas veces lo hace a través de las preguntas que se planteará el lector a partir de las ideas que se encuentran.

No abundan, entonces, las respuestas. Por el contrario, se deberán ir buscando y se encontrarán sólo gracias a un detallado análisis. Algunos de los exponentes citados creen que el pueblo judío tiende a su desaparición, otros lo niegan rotundamente. Hay quienes descreen de Israel como país y quienes lo avalan como sentimiento religioso. El pasado, el presente y el futuro son vistos desde distintas ópticas. Antagónicas, a veces; interesantes, siempre.

Incluso aquellos que desconocen la temática judía encontrarán en estas páginas una herramienta indispensable para acercarse a ella. Y empezar a entenderla.

© LA GACETA

Alejandro Duchini