"Ramal que para, ramal que cierra", fue la frase acuñada por el ex presidente Carlos Menem para justificar el proceso privatizador de los ferrocarriles en la década del 90. La profecía se cumplió y el sistema ferroviario argentino pasó de ser uno de los más importantes del mundo con cerca de 50.000 km de vías utilizables a usar sólo 900 km para el transporte urbano de pasajeros y menos de 8.000, más defectuosos todavía, para transportar carga.
El dato no es nuevo pero aún se mantiene. Alguna vez se modificará. Y los habitantes de Rapelli, la única estación santiagueña del ramal Las Cejas-Rosario de la Frontera (Salta), más conocido como C-8 en la jerga ferroviaria, no pierden las esperanzas. Aunque el clima los castigue y la tierra los condene a cubrirse de polvo en "la seca" o a enlodarse luego de un día excepcional de lluvia, no claudican.
Cerca de las vías
Rapelli es una localidad de 4.000 habitantes, que se localiza en el departamento Pellegrini de Santiago del Estero. Se ubica a la vera de la ruta nacional N° 34, a sólo tres km al este del límite con Tucumán. Desde la capital tucumana se puede llegar hasta su rectangular trazado callejero, a través de la ruta 304 y antes de Burruyacu girar hacia al este por la 336, hasta Garmendia y desde allí acceder a la nueva traza de la ruta 34 otros 32 km.
El pueblo que lleva el nombre de un administrador del ferrocarril, se vincula al norte por la 34, con Siete de Abril, en Tucumán, y al sur, con El Bobadal, Santiago del Estero.
"Desde que el ferrocarril dejó de andar quedamos incomunicados. Este era un pueblo floreciente, con madera de la mejor calidad y granos para alimentar a un ejercito durante décadas", dijo don Silvestre Díaz, de 87 años de edad.
"No nací aquí, pero vine muy chico del Chaco. Mi padre era de Sáenz Peña. Trabajé un tiempo largo pelando caña para los ingenios Los Ralos, Cruz Alta y Concepción. En esta parada subíamos al tren que nos llevaba hasta esos lugares. La cosa se ponía alegre cuando a las dos semanas volvíamos por uno o dos días. No había ninguno sano. Todos mamaditos, pero respetuosos", agregó don Díaz, que reside en una casa levantada en un descampado próximo a una represa, cerca de las vías del tren.
La parada ferroviaria, distante a siete cuadras hacia al oeste de la novel ruta 34, divide al poblado en dos partes. El edificio de viajeros fue pintado crema con zócalos y ribetes color ladrillo, al igual que los parantes y largueros del techo. Pero las puertas y ventanas, como así también las empalizadas, son de un fuerte amarillo.
Pasajeros hasta los 70
"Los pasajeros deben haber andado hasta después de los 70. Por aquí pasaba el tren de palo y también nos invadían los cargueros con petróleo o combustible que venían del norte. Además, se cargaban muchos vagones con troncos, maderas, durmientes, hortalizas, trigo, harina, arroz y zapallos gigantes. Otra cosa que se veía mucho era la alfalfa que traían desde Pozo Betbeder, un ramal corto que salía de Rapelli y se lo conocía como C-19", contó doña Matilde Luna, de 73 años.
Un ramal muerto
El ramal C-8 que abarcaba tres provincias, es uno de los denominados ramales muertos. Se extendía a lo largo de 159 km, casi paralelo a la ruta 34. Según documentación de la época, fue habilitado al servicio el 15 de abril de 1915. Pero el tramo entre Las Cejas-Antilla (Salta) se terminó de construir el 16 de septiembre de 1909. La línea de Rapelli a Betbeder, de 22 km de largo, se abrió el 15 de abril de 1915. Los cargueros dejaron de circular en octubre de 1992 y en Rapelli sólo quedan la vía principal y otra accesoria. Aún se observan restos de una tercera y parte de una cuarta que era la que conectaba con Betbeder.
Desde el andén
Falla geológica.- Rapelli es atravesada por una grieta de 10 km de largo y hasta 3 m de profundidad. Fue producida por una falla geológica, que se extiende en forma intermitente desde el Cerro Negro en la provincia de Salta hasta Rapelli. La grieta ha venido extendiéndose en los últimos años.
El nombre.- Rapelli era el apellido de un ingeniero que se desempeñó como administrador del Ferrocarril Central Norte y luego como director general de ferrocarriles. Después fue designado Jefe General de Tráfico (1910-1915) al comenzar a funcionar la Administración General de Ferrocarriles del Estado. También fue administrador de la AGFE entre 1915 y 1917, cuando se jubiló. Sucedió al ingeniero Miguel Iturbe (1910-1915) y fue reemplazado ´por el ingeniero Carlos Ramallo, como interino, entre 1917 y 1918.
Decisión.- El ingeniero Luis Rapelli murió el 30 de mayo de 1930. Pero en 1908, por disposición del entonces presidente José Figueroa Alcorta, decidió que se construyera el primer tren presidencial en los talleres que funcionaban en terrenos adyacentes a la estación del ex-Ferrocarril Central Córdoba, en Tucumán.
Tren presidencial.- En 1907 se inauguraron los talleres de Tafí Viejo y , en 1910, fueron trasladados los existentes en San Miguel de Tucumán. Entre los elementos transferidos figuraban dos bastidores del tren presidencial y algunas plantillas correspondientes a sus bogies. El tren se terminó de construir en Tafí Viejo, demoró tres años y se inauguró el 9 de julio de 1912. Fue la mejor formación estudiada y construida. Una verdadera obra de arte.
Confesión.- Los vecinos de Rapelí confiesan sentirse más tucumanos que santiagueños. La localidad se encuentra a pocos kilómetros de Garmendia, a donde recurren y reciben atención por cuestiones de salud.
Represa.- Sobre el sector sur del pueblo hay una laguna con agua de lluvia. El pueblo cuenta con tres pozos de agua potable pero son insuficientes.