En los 40 minutos que tardaron los empleados de la Caja Popular para abrir la enorme puerta de hierro pasó de todo. Un vecino "indignado" les enrostró que el edificio de San Martín 730 estaba a punto de caerse y que, cuando muriera alguien, recién iban a decir "pobrecito el finao". Un arquitecto conocido de los empleados se paró a preguntar qué pasaba, por qué tenían que apelar a una barreta para acceder y a qué se debían las temerarias grietas en las paredes. Cuando, por fin, y después de varios intentos, consiguieron abrir la puerta, una señora preguntó, a los gritos: "¿qué, lo van a demoler? ¡Los mato!"
Nada de eso, al menos por ahora. Los empleados de mantenimiento de la Caja Popular entraron al edificio del ex Banco Francés por orden del intendente del organismo, Jorge Giménez, a fin de chequear el estado de su interior.
Una visible capa de tierra posaba sobre el piso de porcelanato instalado en 2011 cuando se abrió allí el Espacio Dar, la muestra de diseño y decoración comandada por el tucumano Omar Farhat. Esa fue la última actividad que vio la luz en la centenaria construcción. Ayer, una gran cantidad de papeles tirados por debajo de la puerta, humedecidos, y las paredes descascaradas, anunciaban que el viejo edificio había sufrido filtraciones durante varios meses. Las telarañas por todas partes contradecían las palabras de los empleados: "este edificio sí recibe mantenimiento periódicamente, cada vez que lo necesita. El problema es que está deshabitado. Se limpia de vez en cuando", justificó Juan Hilal, asesor técnico de la Caja. Según él y Sandalio Sotelo, fue necesario abrir la puerta con una barreta porque la cerradura estaba rota. "Aparentemente la quisieron forzar", estimó Sotelo.
Vereda vallada
El señorial edificio de San Martín 730, que en febrero cumplió 100 años, en 1922 se convirtió en la primera casa propia de la Caja Popular de Ahorros. En la edición del miércoles 22 de mayo de este año, LA GACETA advirtió que su vereda se encuentra intransitable, ya que faltan baldosas y los huecos se llenan de agua durante los días de lluvia.
El lunes por la noche, el inmueble quedó bajo la lupa después de que los vecinos de la zona advirtieron que se estaban desmoronando partes de las cornisas, provocando una virtual "lluvia" de mampostería que provenía de los elementos decorativos de la edificación. Desde ese momento, Defensa Civil Municipal dispuso el vallado de la vereda y parte de la calzada para impedir el paso peatonal y evitar accidentes.
Además de los pedazos de mampostería desprendidos, algunos de los cuales llegaron a mitad de la calzada, una pared que da a la calle San Martín presenta una grieta que atraviesa del interior al exterior del edificio. Ayer, personal de Defensa Civil Provincial realizó una inspección para determinar si existe o no un riesgo de derrumbe. "Vimos que no hay, al menos por ahora, un peligro inminente. Evidentemente se produjo un hundimiento de los cimientos, lo que se puede advertir por el agua estancada en el cordón cuneta del sector. No es agua del edificio, porque está en desuso", tranquilizó César Acuña, subdirector de la repartición y agregó que el tramo debe permanecer vallado.
En diálogo con LA GACETA, el intendente de la Caja explicó que se está evaluando colocar una pasarela para proteger el paso peatonal, pero no mencionó que se fueran a hacer reparaciones de gran envergadura. "Pasa que es un edificio que ha pertenecido a la Secretaría de Trabajo, después pasó a la Dirección General de Rentas y más tarde quedó nuevamente como patrimonio nuestro. Es un inmueble que tiene una cierta cantidad de años, es vetusto", describió.
Giménez explicó, además, que las autoridades del organismo evalúan montar allí un centro de pagos. "Eso es lo que se había pactado cuando hicimos el Espacio DAR -le dijo Farhat a LA GACETA-, pero desde 2011 hasta esta parte aún no se ha avanzado. Cuando nosotros diseñamos los espacios lo hicimos pensando en ese futuro uso, pero el edificio volvió a cerrarse", lamentó el diseñador.