Ni una cosa ni la otra. Andrés Romero cerró de la manera menos deseada su participación en el AT&T National en el campo del Congressional Country Club de Bethesda, estado de Maryland. De ser 1° al cabo de la tercera ronda, terminó 13°. Así, no pudo romper sus más de cinco años sin títulos en el PGA Tour; ni mantuvo el juego regular que había mostrado en los días previos; ni tuvo la fortaleza mental para enfrentar una definición. Ni siquiera sacó ventaja del hecho de haber salido antes que los por entonces tres compañeros en la vanguardia, a quienes podría haber puesto bajo presión con una buena ronda.
Su derrotero
Fueron 75 los golpes que empleó "Pigu" en su última manga. Salvó tres pares al comienzo, hasta que empezó su tormento: un doble bogey en el hoyo 4 lo puso contra la espada y la pared. Pero el tucumano se sobrepuso, con birdies en el 5 y en el 8. Lejos estaba él de saber que habrían de ser sus últimos aciertos de la jornada. Cuatro bogeys (9, 11, 12 y 14) lo dejaron más lejos aún del protagonismo al cual estaba invitado a asumir. A Romero le quedan ahora cinco torneos en el principal certamen de golf del mundo para poder ingresar a la ronda final de la FedEx Cup. Figura 143°, cuando hay 120 plazas disponibles.
El ganador
Todo lo contrario al trabajo de Romero fue el que concretó el estadounidense Bill Haas. Ya estaba puntero, no le tembló el pulso y refrendó su posición con una presentación de 66 impactos (lo mejor de él en el torneo) para un global de 272 (-12). Su tarjeta tuvo seis birdies y apenas un bogey. Fue demasiado para los otros jugadores que aspiraban a quedarse con el premio mayor. Su compatriota Roberto Castro hizo lo que pudo para culminar 2°, con 275 (-9). Y James Driscoll, el otro habitante de la vanguardia al inicio de la jornada, también tuvo un mal día, con tres bogeys y una tarjeta de 74 (fue 8°).
En la jornada final, quien se recuperó fue el cordobés Ángel Cabrera, también 13° igual que Romero. Por su lado, el chaqueño Fabián Gómez finalizó 21°, con 283 (-1).