Con menos de 30 años había logrado una posición envidiable según un punto de vista bastante generalizado en la sociedad. Se había graduado de licenciada en Administración, era gerente comercial de una empresa telefónica, ganaba un sueldo importante, y estaba radicada en la capital del país. Gabriela Basso, de 40 años, lo define así: "tenía todo lo que se puede desear siendo una mujer cuyo objetivo de vida no es casarse y tener hijos".

Sin embargo, apareció un problema: sus elevados niveles de estrés la llevaron a una hipertensión arterial preocupante, que los médicos ya no sabían cómo tratar. "Por insistencia de una amiga, hice uno de los cursos de meditación y respiración de El Arte de Vivir (organización creada por el gurú indio Sri Sri Ravi Shankar). Las primeras veces que fui no veía resultados, pero seguí y logré bajar los niveles de estrés. A los cuatro años había conseguido normalizar la presión arterial y para entonces ya mi vida había dado un vuelco impresionante", cuenta ahora Gabriela.

"Yo me había comprado eso de que el éxito era tener dinero y una profesión prestigiosa. Afortunadamente, pude darme cuenta a tiempo de que se vive mejor cuando uno hace lo que realmente le gusta", reflexiona.

Las emociones

"Lo importante de El Arte de Vivir, según mi experiencia, es que difunde un método de meditación, que es una herramienta que te permite manejar tu mente y tus emociones. ¿Te das cuenta de que nadie nos enseña, cuando somos chicos, a reconocer y manejar nuestras emociones?", explica. Añade que haciendo a diario los ejercicios de respiración y la meditación -que le llevan media hora nada más- comenzó a percatarse de ciertos mecanismos mentales que la perjudicaban. "Por ejemplo generalizaba y hacía afirmaciones tales como 'nadie me quiere' o 'este siempre me ha pasado y siempre me va a pasar'. A causa de esos mecanismos, que son negativos, por ejemplo, tenía un problema con un amigo, y terminaba peleándome en vez de encontrar un acuerdo por sobre la diferencia. Ahora es distinto, ya no me engancho en las discusiones, no reacciono de manera compulsiva", destaca.

Estos son algunos de los cambios internos que experimentó Gabriela, pero que también fueron trasladados a su mundo externo. "Sentía que mi trabajo no tenía sentido; que no estaba ayudando a nadie con lo que hacía; no aguanté más y renuncié. Y ahora me dedico a hacer cine", contó.

Puntualmente buscó la línea de documentales y desde hace tres años está produciendo un documental sobre la orquesta Divino Niño, del barrio 2 de Septiembre, de Yerba Buena.

"Procuré que mi proyecto laboral me acercara más a Tucumán, y ahora paso unos 15 días en Buenos Aires y otros tantos acá, en mi provincia. De esa manera puedo estar más cerca de mis padres y de mis afectos", aclara.

Claridad

"Creo que es importante decir que estos cambios, internos y externos, no se producen por 'arte de magia'; nada es mágico. Lo que ocurre es que, gracias a la meditación, pude ir despejando la mente y ganando mayor capacidad para decidir respecto de mi vida. Y esa claridad que se va obteniendo es lo que permite ir tomando decisiones más coherentes con lo que somos", dice.

Además hay que tener perseverancia. Gabriela practica todos los días desde hace nueve años. "Para mí ya es un hábito, como lavarme los dientes cuando me levanto", grafica.

Aquí y ahora

Respecto de la técnica de respiración que se emplea en El Arte de Vivir, puntualiza que es muy sencilla y fácil de hacer en la vida cotidiana. "Las distintas formas de respiración están asociadas a las emociones. Eso es lo que hay que aprender y se enseña en los cursos. Puedo decir, de manera muy sintética, que la respiración nos permite traer la mente al momento presente, al 'aquí y ahora'. Esto es muy importante, porque de lo contrario estás anhelando el futuro; poniendo la felicidad allá, en lo que vendrá. Y se quedás en el pasado, eso te trae sufrimiento. Y en realidad, la felicidad está aquí y ahora, en el momento presente podés sentirte en plenitud", afirma. "Cuando se consigue ese estado de plenitud, empezamos a ver por dónde va nuestro camino", concluye.