Resulta habitual verlas en distintas marchas. Se las reconoce porque visten sus delantales blancos, con cuellos y puños de pintitas azules, parte de su identidad de sarmientinas. La política no les resulta ajena: no sólo porque muchas materias incorporan la temática en su currículo, sino también -y especialmente- porque hacia dentro de la institución llevan adelante una fuerte vida política. Precisamente, este punto destacaron las alumnas que debatieron con LA GACETA, sobre el "voto a los 16 años".
"Muchas de nosotras tenemos una participación activa en el centro de estudiantes, que es una organización política apartidaria. Es un modo de expresarnos y de hacer valer nuestros derechos como estudiantes. Eso es válido; más allá de que las personas no militen en algún partido, estar en los centros de estudiantes es muy importante", dijo Eleonora Casas (17 años). Agustina Ganami (17) también destacó la participación en estos gremios de alumnos: "de acá salimos con un ejercicio de gestión muy grande, que es el centro de estudiantes; tenemos ensayos sobre lo que es votar, lo que son campañas políticas; en las discusiones tenemos la posibilidad de expresarnos, de pararnos en una asamblea y decir lo que opinamos, si se está a favor o en contra; de decir las propuestas para cambiar lo que tenemos. Constantemente está presente este tipo de discusiones".
En general, todas las alumnas que participaron del debate pidieron que se dicte Educación Cívica en los establecimientos en los que eso no ocurre y que se intensifique en los donde la materia está incluida en el plan de estudios. "En las escuelas se debería comenzar a dar una formación más fuerte en Educación Cívica, para aprender cómo se vota. Uno llega a los 18 años y nunca tuvo la oportunidad de que le digan esto. Ahora, que tenemos la posibilidad de votar a los 16, cuando seguimos en la escuela, de alguna manera estaría la obligación de que nos formen en eso", dijo Agustina. María de la Paz Madariaga (17) consideró que una buena formación en esta temática ayudaría a erradicar algunas críticas hacia los adolescentes. "Hay un paso previo que está faltando, que se podría hacer paralelo (al "voto a los 16"): la educación cívica. Nosotras sí la tenemos en la escuela, pero muchísimos chicos no tienen idea; y capaz que brindar esa educación acabaría con el mito de que no tienen la cabeza suficiente como para pensar", manifestó. Solange Hardoy (17) fue, incluso, más explícita: "las escuelas deberían dar Educación Cívica y animar a los alumnos a que participen de la vida política. Es importante no votar por votar, sino hacerlo con fundamentos. Saber qué es una república, por qué se vota, las funciones del presidente, de las cámaras legislativas; saber que debe haber un equilibrio entre los tres poderes. Hay personas de 40 o de 50 años que no saben; y votan porque es obligatorio".
En la misma línea, Sofía Cattáneo (16) pone un ejemplo muy actual. "La educación cívica es muy necesaria; porque el ignorante político no sabrá entender que el hecho de que el pan aumente depende de cómo el Gobierno está manejando la economía; de que si lo atendieron mal en una guardia se debe a cómo está funcionando el sistema de Salud", manifestó.
Visión de la militancia
Algunas de las chicas que participaron del debate militan. Agustina aclara que no lo hace bajo la bandera de ningún partido. "Trabajamos en un asentamiento. Damos clases de apoyo a los chicos. Queremos desmitificar esta cuestión de que la política es partido político; la política es otra cosa, va más allá. El partido está dentro de la política, pero esta es más grande, es cambio", dijo. Con ella milita Eleonora. Su agrupación se llama El ángel de la bicicleta. Sofía milita en la agrupación de mujeres Pan y Rosas.