BUENOS AIRES.- El Gobierno nacional defendió ayer la decisión de la presidenta, Cristina Fernández, de ascender a la jefatura del Ejército al general especializado en inteligencia César Santos Milani y afirmó que el debate sobre su presunta participación en violaciones a los derechos humanos en la década del 70 "está saldado".
El ministro de Defensa, Agustín Rossi, respondió a las críticas y denuncias que plantearon dirigentes opositores a la flamante designación de Milani, a quien se lo acusa de haber participado como joven oficial del denominado Operativo Independencia, que organizó el Ejército en 1975 (en Tucumán y en La Rioja) para arrasar con guerrilleros de agrupaciones de izquierda.
"Ese debate se dio en el Senado en su anterior ascenso y está saldado. Milani viene siendo segundo de la fuerza hace bastante tiempo, tiene una foja de servicio y un legajo personal importante. Esas son las causas por las que fue ascendido ahora y estamos tranquilos de lo que estamos haciendo", afirmó en entrevistas que mantuvo con varios medios radiales.
Rossi justificó así la decisión particular más controversial de la política general -que se oficializó ayer con la publicación en el Boletín Oficial de todos los cambios- de una renovación profunda de las cúpulas de las Fuerzas Armadas, incluso del militar de mayor antigüedad en la era kirchnerista: la salida, tras 10 años, del brigadier general Jorge Chevalier del Estado Mayor Conjunto, y la ubicación allí del general de brigada Luis María Carena, un militar hasta ahora subordinado de Milani.
Formalmente, ayer quedaron designados, junto a decenas de cambios en cada repartición castrense, el general de división César Milani al frente del Ejército, en lugar del teniente general Luis Pozzi; el brigadier mayor Mario Callejo en la Fuerza Aérea, en reemplazo del brigadier Normando Costantino; y el contraalmirante Gastón Erice, que ocupará el lugar del almirante Daniel Martin como jefe de la Armada.
Tras defender el encumbramiento de Milani -de buen vínculo con el CELS y la ex ministra Nilda Garré, de quien se dice fue su protectora- como hombre fuerte de todo el aparato militar, Rossi afirmó que existe un "buen clima hacia el interior de las Fuerzas Armadas", y explicó que, cuando los militares no son ascendidos se "genera un desánimo".
Sin embargo, desde la oposición hubo críticas durísimas contra el ascenso de Milani, sobre todo de los senadores Gerardo Morales (UCR) y el cordobés Luis Juez, y de la diputada Victoria Donda.
Morales tildó al nuevo jefe militar como un "personaje nefasto", sentenció que "no es saludable para el Ejército" su designación y lamentó que organizaciones de derechos humanos "no ponen el ojo donde hay que ponerlo", ya que "ha desaparecido parte del legajo" de Milani "en la época más oscura" del país "y lo vinculan con el Operativo Independencia".
"Si usted me dice que necesitamos un general de inteligencia manejando el Ejército porque tenemos hipótesis de conflicto..., pero no es nada de eso. Es para chusmear qué hace cada uno y para después apretar; esta es una estrategia del Gobierno nacional", fue la definición que dio Juez sobre Milani, cuyo nombre completo es César Santos Gerardo del Corazón de Jesús.
Por último, la diputada Donda recordó que a Milani "le atribuyen ser el cerebro del controvertido Proyecto X de espionaje sobre distintas organizaciones sociales" y resaltó que el Gobierno nacional tiene designado como Secretario de Seguridad a Sergio Berni, un teniente coronel con pasado en tareas de inteligencia, y ahora a otro hombre (por Milani) surgido de esas mismas actividades al frente del aparato militar del país. (DyN)