BRASILIA.- La presidenta de Brasil, Dilma Rousseff, propuso convocar un plebiscito para que el pueblo autorice la implementación de una "necesaria" reforma política. La propuesta fue hecha durante una reunión de la mandataria con gobernadores y alcaldes de todo el país, convocada en el marco de las fuerte y masivas protestas que se celebran ya desde hace dos semanas a nivel nacional.

"Quiero en este momento proponer el debate sobre la convocatoria de un plebiscito popular que autorice un proceso constituyente específico para hacer la reforma política que el país tanto necesita", dijo la mandataria al comienzo de la reunión convocada por ella misma en Brasilia, en la que participaron los 27 gobernadores y los alcaldes de las capitales provinciales de Brasil.

"Brasil está maduro para avanzar y ya dejó claro que no quiere quedarse parado donde está. Debemos también dar prioridad al combate contra la corrupción de manera aun más contundente", agregó Rousseff, quien intenta dar respuestas concretas a la ola de protestas que estalló hace cerca de dos semanas en Sao Paulo y ya se extendieron a todo el país.

En el marco de la búsqueda de soluciones, propuso a los gobernadores y alcaldes "al menos cinco pactos a favor de Brasil".

"La energía que viene de las calles es mayor que cualquier obstáculo. No tenemos por qué permanecer inertes, incómodos o divididos. Por eso yo traigo propuestas concretas y disposición política para que discutamos al menos cinco pactos", dijo la mandataria.

Los pactos propuestos están relacionados con la responsabilidad fiscal, reformas políticas, y reformas en las áreas de salud, transporte y educación. En medio de una gran expectativa política, habló además de endurecer el combate a la corrupción y contratar médicos extranjeros para mejorar la cobertura de la salud pública. Uno de ellos está destinado a "garantizar la estabilidad de la economía y el control de la inflación", a través de la responsabilidad fiscal, la estabilidad económica y el control de la inflación por parte del gobierno central y de las gobernaciones.

Este pacto "es de una dimensión especialmente importante en el momento actual, cuando la prolongada crisis económica mundial todavía castiga a las naciones", aseguró la presidenta, que enfrenta la peor crisis social desde que asumió en 2011.

También afirmó que su gobierno está dispuesto a mejorar el ineficiente transporte público en las grandes ciudades del país, reduciendo, por ejemplo, los impuestos al diesel para el metro y los trenes de cercanías. Esta fue otra de las exigencia de los manifestantes que coparon las calles y para contener el reclamo, la presidente aseguró que se propone invertir U$S 22.000 millones para mejorar el transporte. Además dijo que construiría nuevos hospitales y contrataría médicos extranjeros para mejorar la cobertura de salud pública.

La popularidad de Rousseff, heredera política de "Lula" Da Silva, y representante del Partido de los Trabajadores (PT), ha sido golpeada recientemente por un aumento de la inflación y las protestas podrían debilitarla aún más con miras a la reelección en el 2014. Los manifestantes han criticado el gasto excesivo de fondos públicos en la construcción de estadios para la Copa Mundial de fútbol 2014. Aunque las protestas se han desinflado en los últimos días, podrían recrudecer mañana cuando la selección de Brasil enfrente a Uruguay en las semifinales de la Copa Confederaciones en Belo Horizonte. (DPA-Reuters)