Fue suficiente que uno comenzara a marcar el paso con exagerada energía para que todos sus compañeros lo imitaran. La mañana estaba helada en la escuela Costanera Norte. Y los alumnos de cuarto grado ensayaban el desplazamiento que repetirán durante el acto de la Bandera, cuando le prometerán lealtad.
La gélida jornada se había cobrado varios faltazos y algunas filas quedaron truncas. Pero los chicos que sí estaban allí, ajenos al termómetro, desfilaron y marcaron el paso tan fuerte que las chapas del canchón retumbaron. Se les veía en la cara que hacían fuerza para no tentarse y largar una carcajada porque entendían la solemnidad con la que debían comportarse. Después de varias vueltas, cruces y pasos volvieron a la posición inicial y desconcentraron. Y ahí volvieron al alboroto natural.
Eran cerca de las 11 de la mañana y ya comenzaba a salir de la cocina el olor al guiso de lentejas con el que los chicos iban a calentarse el cuerpo. Pero antes de llenar la panza debían terminar los deberes en el aula.
"¡Belgrano!", contestaron sin dudar cuando se les preguntó quién había creado la Bandera. Desde el fondo del aula, Kevin, de 9 años, aprovechó para contar que en su casa tiene una bandera y que siempre la cuelgan. "Es linda porque tiene los colores del cielo y de las nubes", reflexionó Jorge López, también de cuarto grado. Sofía Sánchez alzó bien alta su carpeta para mostrar el dibujo que había hecho de una bandera que flameaba en el asta. Rápido todos sacaron las suyas y se amontonaron para mostrar los dibujos que la señorita Mariel Tapia, de Lengua y Ciencia Sociales, les había enseñado.
"Aquí está el palo, la bandera y esta cosa puntiaguda de la punta que se llama moharra", explicaron muy didácticamente Florencia Tejerina y Alexis Acuña, de 9 años.
"¿Y les gustaría ser abanderados?". "¡Sí!", gritaron al unísono. Parece que el frío había potenciado la energía. "Y a mí me gustaría ser policía", confirmaron Jorge y Sofía.
Ellos pueden
A la escuela Costanera Norte asisten 800 alumnos entre los dos turnos, ambos de nivel primario. Allí los chicos reciben el desayuno y el almuerzo, o el almuerzo y la merienda.
"Los maestros vienen trabajando con la importancia de los símbolos patrios, también mucho con el Bicentenario. Ellos, aunque son chicos, entienden el sentido de esa promesa de lealtad, que no sólo es el respeto a la bandera, sino algo más general porque los preparamos para que sean varones y mujeres de bien", reflexionó, María Elsa Vázquez González, directora de la escuela.
La Costanera debe lidiar con la fama de ser una zona peligrosa, insegura y vulnerable. Sin embargo, desde la escuela el mensaje que le envían a la comunidad es: "Sí se puede". De hecho, con esa frase bautizaron la maratón que organizan por las calles que rodean la escuela. Cuenta la directora que padres e hijos participan juntos, de esta manera se fortalecen los lazos en la comunidad. "Trabajan el compañerismo, la amistad y la cooperación. Entendemos que acercar a los padres es comprometerlos, ya que ellos van a permitir que se den los cambios", dijo María Elsa.
En ese marco vienen organizando desde hace dos semanas los actos por el día de la Bandera, que culminará con la promesa de lealtad de los chicos el próximo viernes en el Palacio de los Deportes. Un compromiso que va más allá de la enseña patria.
Antes, se hacía un juramento el 9 de julio o el 25 de mayo
El Día de la Bandera se estableció el 7 de junio de 1938, después de un debate entre el senador cordobés, Guillermo Rothe, y el porteño Matías Sánchez Sorondo. Rothe consideraba que instituir un feriado el 20 de junio "sería recargar el calendario de festividades, habiendo ya otros dos días destinados a celebraciones patrias". Hacía referencia al 25 de Mayo y al 9 de Julio.
De hecho, la jura a la Bandera Nacional de los niños en edad escolar se la hizo durante años en estas fechas, según consta en los documentos aportados por Norma Ben Altabef, historiadora, docente e investigadora de la UNT.
Después de un encendido debate triunfó la posición de Sánchez Sorondo y fue votado el artículo que proponía el feriado "para todo el territorio nacional".
Ben Altabef recuerda que en 1996, seis décadas después, durante la presidencia de Carlos Menem se dispuso que la fecha patria pasara a celebrarse el tercer lunes de junio. De esta manera se consolidaba el fin de semana largo.
En las provincias de la Patagonia -aclara la historiadora- se lo hacía en febrero porque el 20 de junio coincidía con el receso invernal.
Hasta que se modificaron las costumbres escolares, la revista para docentes "La Obra" explicaba claramente cómo debía ser el acto de jura durante el 9 de Julio.
"1°: Himno Nacional cantado por todos los niños.
2°: Palabras alusivas al acto por el Director, Vicedirector o Maestro.
3°: Saludo a la Bandera (canto).
4°: Juramento de la Bandera.
5°: Marcha 'Viva la Patria' cantada por los niños mientras desfilan ante la Bandera arrojando flores".
Sólo en 1957 se dictó una disposición reglamentaria del Consejo Nacional de Educación que estableció que el acto y el juramento se harían el 20 de Junio.
La jura debían hacerla los niños de tercer y cuarto grado, y los de quinto y sexto que no lo hubiesen hecho. A partir de 1949 -ilustró la docente- se cambió la invocación "Niños" en la fórmula por la de "Alumnos"; y desde 1950 la expresión de "¡Sí, juro!" fue sustituida por la de "¡Sí, prometo!". Fue a pedido de la Iglesia, ya que para la religión católica el juramento tiene un valor sagrado.