Durante varios meses, se mimetizan con el paisaje. Se convierten en protagonistas de la zafra. Y desde hace años, suelen ser portadoras de malas noticias. Ya sea por falta de luces, por exceso de carga o por imprudencia de los conductores, todos los años las rastras cañeras ocasionan accidentes, principalmente en la ahora ex ruta 38, conocida como Ruta de la Muerte. Pero también en algunas localidades que albergan fábricas azucareras.
Hace una semana, en La Florida, un camión efectuó un brusco giro en una esquina; la rastra que tiraba subió a la vereda y le enganchó el pie a una niña de un año y medio. La abuela intentó desengancharla pero la arrastró a ella también. La criatura fue llevada al Hospital de Niños y se halla fuera de peligro.
El sábado pasado, un carro se desprendió del camión y se estrelló contra una casa, mientras los dueños estaban almorzando. "Cuando nos dimos vuelta teníamos la rastra adentro de la casa. Se llevó la puerta de entrada, los ventiladores de pared, un aire acondicionado y rajó todas las otras paredes", relató una de las moradoras y acotó que segundos antes de la colisión, su padre había estado acostado en la cama en la misma habitación que luego se quedó sin pared y con vista a la calle. Los vecinos, que el lunes cortaron la intersección de las avenidas principales para reclamar más control a los vehículos pesados que circulan por allí, contaron que el 4 de junio del año pasado, un motociclista fue embestido por una rastra en la proximidad a León Rougés y murió. También dijeron que otro joven había perdido la vida el año pasado al chocó contra un carro zafrero que no tenía luces.
El delegado comunal prometió acondicionar dos caminos para que los camiones con las rastras no atraviesen la localidad, mientras que el director provincial de Transporte dijo que reforzarán los controles en la intersección de la ruta 312 y la avenida Yrigoyen. Señaló que estos se efectúan a la altura de Los Ralos, pero que los camiones muchas veces los esquivan. Se verifica que los conductores tengan en regla los papeles, el permiso para circular y, sobre todo, las luces y señales.
Si bien en estos dos episodios no se registraron víctimas mortales, no sucedió lo mismo en la mañana del 4 de junio pasado, cuando un hombre murió al estrellarse con su auto en una rastra cañera en la autopista Tucumán-Famaillá. El chofer del camión escapó. Los tres acompañantes de la víctima fueron internados en el Hospital Padilla.
Las estadísticas señalan que más de 7.000 vehículos circulan diariamente sólo por la ex ruta 38, y a estos se suman los transportes cañeros: rastras tiradas por camiones, tractores y por caballos. Antes de la zafra, se suele decir que se pondrán en condiciones los caminos secundarios y terciarios y que se incrementarán los controles.
¿Por qué esperar a que sucedan accidentes serios para preocuparse por brindar una solución, como ocurrió en La Florida? Si la Dirección de Transporte sabe que hay camioneros que eluden los controles, ¿por qué no tomar medidas? ¿Por qué no instalar controles en las entradas de los ingenios para verificar que todo esté en orden? ¿El personal no da abasto para inspeccionar los vehículos en quince fábricas? ¿Por qué tiene que haber muertos para reaccionar? Sería positivo que en lo que resta de la zafra no se produjera ningún accidente por esta causa.