ESTAMBUL.- El primer ministro turco, Recep Tayyip Erdogan, no abandona el rumbo de la confrontación: Ante cientos de miles de seguidores en Estambul descalificó al movimiento de protesta cuya acampada en el parque Gezi la policía desmanteló horas antes con violencia. Llamó "terroristas" y "gentuza" a los manifestantes que protestan contra el proyecto urbanístico en ese parque.

Además, rechazó las críticas del Parlamento Europeo por estar empleando mano dura, y ante los entusiastas seguidores dijo: "también hubo mucha violencia contra los manifestantes en Francia, Alemania y Reino Unido ¿y qué es lo que ustedes han hecho para impedirlo?"

A la prensa extranjera le reprochó que hayan dado caricaturizado la imagen de Turquía. "El que quiera ver la (verdadera) imagen de Turquía, aquí está", dijo Erdogan en referencia a la concurrida convocatoria para apoyarlo. Y acusó a varios medios internacionales de estar desinformando sobre lo que acontece en el país.

Justificó el desalojo del parque Gezi señalando que no pertenece a un solo grupo, sino a todos los habitantes de Estambul. "La administración municipal ha limpiado la plaza, ahora plantará flores y la hará más verde. Los verdaderos ecologistas están ahora trabajando", dijo.

El partido islámico conservador AKP organizó esta manifestación en la mayor plaza de Estambul, en Zeytinburnu, en respuesta a la oleada de protestas. Y se convocó bajo el lema: "Vamos a hacer Historia".

Erdogan habló durante más de una hora. Al mismo tiempo, en el centro de la ciudad decenas de miles de personas se manifestaban en su contra en los alrededores de la plaza Taksim.

Máquinas excavadoras quitaron las barricadas y trabajadores municipales barrieron las calles adyacentes a la céntrica Plaza Taksim, tomada por la policía, después de que miles de activistas salieran a las calles por la noche tras una carga policial en la que los agentes antidisturbios utilizaron gases lacrimógenos y cañones de agua.

El colectivo de protesta detrás de la campaña del Parque Gezi, Solidaridad Taksim, llamó a los activistas a concentrarse de nuevo en la plaza, pero el gobernador de Estambul, Huseyin Avnni Mutlu, dejó en claro que no lo permitiría.

Erdogan ha asegurado que las marchas del AKP en Ankara y Estambul sirven para dar inicio a la campaña de las elecciones locales del año que viene y no tienen ninguna relación con las protestas, pero son ampliamente percibidas como una muestra de fuerza en respuesta a las manifestaciones. Aunque las manifestaciones no han supuesto una amenaza inmediata para su Gobierno, sí han empañado la imagen de Turquía como un paraíso de la estabilidad en un Oriente Medio turbulento.

Los disturbios, en los que la policía ha disparado gases lacrimógenos y cañones de agua contra los activistas que contestaban con piedras noche tras noche en ciudades como Estambul y Ankara, dejaron cuatro personas muertas y alrededor de 5.000 heridos, según la Asociación Médica Turca.

Las manifestantes del Parque Gezi, que se oponen a los planes del Gobierno de construir una réplica de barracas de la era otomana allí, han desafiado reiteradas peticiones para que dejen el lugar -los activistas acamparon allí durante dos semanas- pero han comenzado a reducir su presencia en el parque tras reuniones con Erdogan y autoridades locales. El Ejecutivo dice que los manifestantes han sido manipulados por grupos ilegales que pretenden desestabilizar el país. (DPA-Reuters)