TARIJA, Bolivia.- "Por temas políticos, Argentina se ve afectada en su estructura de negocio. Esto ha hecho que el empresario argentino, que antes soltaba su potencial al exterior, se vea hoy muy limitado". La mirada de Miguel Martinic Kakuolli, director comercial de Inversiones Latinoamericanas y analista de Latin América Invest Bolivia, reflejó la visión extranjera sobre la estructura actual de negocio del país, en particular, de la región NOA. La pérdida de competitividad producto del tipo de cambio, inflación y cautela en inversión, han recaído sobre el empresariado y limitan sus recursos ante el mercado internacional.

El asesor financiero hizo hincapié en que la proyección empresarial debe apuntar a la generación de una nueva matriz productiva, conformando alianzas zonales para dar liquidez y capital y así alcanzar expansión de negocio. Según Martinic, debe establecerse alternativas para auxiliar al empresario argentino. "Hay que quitar las fronteras para la generación de negocio en Latinoamérica. Pero la economía se mueve hoy sobre los caprichos de los gobiernos", enfatizó.

Las trabas comerciales, impuesta por el Gobierno nacional a través de la Secretaría de Comercio Interior, han comprometido también la calidad económica. "Cada vez que se hace más difícil exportar a la Argentina porque se presentan más barreras arancelarias. Hay muchas barreras que están impidiendo fluidez comercial. Hay mucha protección que afecta las negociaciones", expresó Alvaro Baldivieso Castellanos, presidente de la Federación de Empresarios de Privados de Tarija, también de Bolivia. "Pedimos que mejoremos ese flujo de operaciones y que se facilite el tránsito de frontera", agregó.

Asimetría cambiaria

Sobre el tipo de cambio, el empresario tarijeño dejó en claro que el régimen de cotización ha favorecido al turismo dentro de la Argentina. Sin embargo, explicó que el valor oficial de la moneda norteamericana en el país implicó un mayor costo de productos para la importación a su país.

Es que la compra legal de bienes o servicios desde el exterior se realiza en dólares. Por la pérdida del valor del peso argentino en los países limítrofes, adquirir productos nacionales ha significado para el empresario extranjero una tasa diferencial, como ocurre en Bolivia. En ese país, el dólar se adquirió hasta los $ 10 en las últimas semanas; mientras que la cotización de la divisa de Estados Unidos alcanzó los $ 5,3 en las casas de cambio y bancos habilitados en el territorio argentino. Andrés Zelaya, gerente de venta de la empresa tucumana Durafort, explicó que la venta se lleva a cabo bajo el precio TOF. "Ellos (por los empresarios extranjeros) manifiestan que no les favorece debido a la disparidad de las cotizaciones en Bolivia y Argentina", ejemplificó.

La compra para exportación en moneda nacional supondría costos bajos para el agente extranjero, ante la pérdida del valor del peso, aunque eso formaría parte del mercado ilegal.

"La informalidad es contagiosa lamentablemente. Se ha estado viendo mucho en los últimos tiempos un empuje de este segmento en el sector comercial, más que el industrial. Esta situación ha generado que el empresario prefiera ser un comercializador del producto para sacar rédito a esta situación (por el desdoblamiento del dólar), que arriesgar y capitalizar un proyecto industrial. La empresa privada es generadora de empleo y de capital humano capacitado y competitivo. A veces cuando la política se mete en los negocios da como resultado más afectados que beneficiados", manifestó Martinic.

La mirada extranjera quedó reflejada en un encuentro binacional entre empresarios de Tucumán, Salta y Jujuy, y de Tarija, que se realizó en esa localidad boliviana el fin de semana pasado. La jornada estuvo organizada por Latin América Invest y el gobierno municipal, entre otros impulsores, con el fin de establecer la integración de negocio entre el NOA y el sur de Bolivia. Participaron alrededor de 45 ejecutivos y funcionarios de las tres provincias argentinas.