La violencia le sigue ganando al fútbol en todas las divisiones. Y las inferiores no son la excepción. La nota negra de la séptima fecha la dio un futbolista de la clase 97 de Tucumán Central. El jugador de los "rojos" de Villa Alem agredió al árbitro Jorge Sir. "Iban 10 minutos del segundo tiempo y San Jorge ganaba por 2 a 0. En ese momento expulsé al arquero de Tucumán Central por un exceso verbal y de inmediato me pegó una trompada el N°5. Además, ingresaron tres padres para agredirme, que no llegaron a su cometido porque se interpusieron los técnicos y delegados", contó el juez de 23 años, que suspendió el encuentro.

Pero eso no fue todo. "Un jugador de la Sexta división, que estaba en la tribuna, entró y me pegó una trompada y una patada", agregó Sir. Ahora habrá que ver qué sanciones aplica el Tribunal de Disciplina, que antes había recibido una circular del Comité Ejecutivo que aconsejaba desafiliar del certamen a los equipos que cometan cualquier acto de violencia.