SAN PABLO.- El centro de San Pablo amaneció ayer con decenas de vitrinas destruidas, dos estaciones de subterráneo destrozadas, sucursales de bancos saqueadas y algunos ómnibus incendiados, tras la tercera protesta masiva contra el aumento del precio del billete de transporte colectivo.

La marcha de seis horas por las principales avenidas de la mayor ciudad sudamericana reunió a cerca de 5.000 personas según la Policía, y a 15.000 según sus organizadores. Además, fue la manifestación más agresiva de todas las realizadas contra el incremento, y dejó un saldo de 20 personas detenidas (acusadas de formación de asociación ilícita y de causar daños al patrimonio público) y cinco agentes heridos. En la refriega se lanzaron bombas lacrimógenas y se dispararon balas de goma.

"Fue el día más violento, por la intensidad y por la hostilidad de los manifestantes. El ánimo de ellos, desde el inicio, (fue) de insultar a los policías", sostuvo el teniente coronel de la Policía Militarizada, Marcelo Pignatari, quien denunció que se arrojaron artefactos de pirotecnia, cócteles molotov, palos y piedras contra sus efectivos. "Las personas que quieren defender una idea contra el aumento no traen esos accesorios", dijo al deslizar que los incidentes fueron preparados.

La semana pasada, el alcalde, Fernando Haddad, decretó el aumento del pasaje de 3 a 3,20 reales (es un centavo más de dólar, para llegar a U$S 1,6 por boleto), en consonancia con la posición de ajuste del gobernador, Geraldo Alckmin.

Reclamo de fondo

Esta decisión motivó al Movimiento Pase Libre (MPL) a convocar a las marchas. Esta agrupación asegura no tener vinculación con ningún partido político, y se concentra en reclamar la gratuidad del transporte público. Según dirigentes del movimiento, la violencia se desató por una represión policial en el Parque Dom Pedro. "Antes sólo hubo algunos pequeños focos de conflicto sin importancia", sostuvo Marcelo, uno de los voceros del grupo. A raíz del tumulto, la columna se dividió en varios subgrupos, que comenzaron a transitar por diferentes calles sin un comando centralizado, por lo cual no se hacen responsables de los ataques a comercios, edificios o vehículos, añadió.

"Nosotros no controlamos (la protesta); las manifestaciones se transformaron en una revuelta popular en la ciudad contra el aumento de las tarifas", aseveró Nina Cappello, estudiante de abogacía y miembro de la conducción del MPL. (Télam-DPA)