PEKÍN.- Barack Obama y Xi Jinping tienen más en común de lo que se pensaba. A la vista del supuesto espionaje masivo en Internet llevado a cabo por el gobierno estadounidense, las diferencias entre los métodos usados por la democracia y la dictadura se difuminan. Y para muchos chinos, el joven informante Edward Snowden es todo un héroe. Washington acusa desde hace años a hackers chinos y especialistas del Ejército Popular de Liberación de penetrar en sistemas informáticos estadounidenses para espiar informaciones secretas o modelos de sistemas armamentísticos.

Y el gobierno de Pekín asegura haber sido objeto de ataques cibernéticos. "Tenemos montones de datos para acusar a Estados Unidos. Pero eso no ayudaría a solucionar el problema", afirmaba antes de que se conociera el escándalo el encargado de las autoridades de Internet chinas, Huang Chengqing. La tesis china la apoyó hace tan sólo unos días Snowden, al revelar que los servicios secretos norteamericanos recopilan masivamente datos directamente de las principales empresas de Internet. "Hackeamos a todo el mundo en todas partes", aseguró el ex asistente técnico de la Agencia de Seguridad Nacional estadounidense (NSA). Snowden, de 29 años, huyó con documentos sobre las prácticas de la NSA precisamente a Hong Kong, región administrativa especial china.

Sobre el espionaje de los servicios secretos estadounidenses a China escribe también la revista "Foreign Policy", que revela la existencia de una misteriosa unidad de la NSA llamada "Office of Tailored Access Operations" (TAO), algo como una oficina de operaciones de acceso a medida.

Según varias fuentes consultadas por la revista, la TAO "entró con éxito en sistemas informáticos y de telecomunicaciones chinos desde hace casi 15 años, consiguiendo parte de la mejor y más fiable información de inteligencia sobre lo que está ocurriendo en la República Popular China". Los hackers de la TAO no sólo robaron contraseñas y datos de discos duros y correos electrónicos. Según "Foreign Policy", podrían inutilizar por completo redes informáticas y de telecomunicaciones extranjeras si el presidente estadounidense diera la orden. En la unidad, que ha llegado a ser la "parte más importante" del aparato de vigilancia de la NSA, trabajan un millar de civiles y hackers militares, especialistas, ingenieros y técnicos.

Es posible que China ya conociese las actividades estadounidenses. Pero ahora puede observar tranquilamente cómo el escándalo de espionaje genera indignación en todo el mundo y arroja sombras sobre la Casa Blanca y la democracia estadounidense. Además, ironías de la vida, es precisamente a Hong Kong -e indirectamente a Pekín- a quien Estados Unidos deberá solicitar la extradición de Snowden.

Los internautas chinos bromean con el hecho de que por primera vez un ciudadano estadounidense busque protección bajo la soberanía china, cuando antes eran activistas políticos chinos quienes pedían asilo a Washington. Y teniendo en cuenta que los chinos viven bajo la constante vigilancia del todopoderoso aparato estatal, para muchos internautas Snowden se convirtió en un verdadero héroe.

Evalúan los daños y Snowden sigue sin aparecer

WASHINGTON.- El contratista de la Agencia de Seguridad Nacional de Estados Unidos (NSA) que filtró detalles secretos sobre programas de vigilancia se mantiene oculto, mientras que el Gobierno de Barack Obama realizaba una revisión interna del potencial daño ocasionado por las divulgaciones. La revisión será aparte de la investigación que el Departamento de Justicia realice de las declaraciones de Edward Snowden sobre la recopilación de llamadas telefónicas y datos de internet de grandes empresas como Google y Facebook. Decenas de periodistas se agolpan en diversos hoteles de Hong Kong a la espera de encontrar a Snowden, quien trabajó en una instalación de la NSA como empleado de Booz, Allen y Hamilton y se dio a conocer con la difusión de su relato en un video publicado por el diario británico "The Guardian". Luego, se ocultó y nadie sabe de él.

Las revelaciones generaron un fuerte debate sobre el equilibrio entre los derechos a la privacidad de los estadounidenses y las medidas de seguridad nacional, en especial las desarrolladas tras los ataques del 11 de septiembre del 2001 en Estados Unidos y sobre si hay un control adecuado de esas medidas. Aún hay dudas sobre cómo Snowden -expulsado de la secundaria- obtuvo acceso a secretos de alto nivel del Gobierno. Booz Allen indicó que había terminado el contrato de trabajo el lunes por violaciones a sus políticas y a su código de ética. Snowden había sido empleado por tres meses por un salario anual de U$S 122.000. (Reuters)