No hay que dejar pasar el tren, reza el dicho. Fernando del Campo comprobó en la tercera fecha del rally provincial que a la máxima hay que cumplirla. "Esperé 15 años. Si tenía que ser en una carrera de embolsados, iba a correr porque tenía el auto", explicó el ganador de la clase N-6.
El triunfo de Del Campo es curioso. El hombre de 43 años fue navegante de casi una docena de pilotos en las clases A-7, N-1 y A-5. "Siempre quise ser piloto de un Gol cuadrado. Así que cuando se dio la oportunidad de tenerlo, cerré los ojos y lo hice", detalló. Entonces, no dejó pasar el tren -o mejor dicho el VW Gol- y se subió. "Me sorprendió mi resultado personal, más que el triunfo. No esperaba tanto", afirmó satisfecho.
La oportunidad fue tan repentina que ni chance de probar la máquina tuvo. Incluso la ansiedad era tan fuerte que no dudó, pese a que los caminos también iban a sufrir el paso de los potentes autos del torneo nacional, de debutar el fin de semana que pasó. "No conocía nada del auto. Quería entrar en el ripio, durante el enlace desde El Cajón hasta donde comenzaba la carrera, para poder probarlo. En esos kilómetros iba feliz porque me di cuenta del auto que tenía", recordó.
A nivel competitivo, Del Campo estaba en un lugar inexplorado dentro del auto. Sus manos no tuvieron ese cuadernito que oficia de biblia. Cambió "hoja de ruta" por volante. Su elección demandó que alguien hiciera su antigua función. Así apareció Santiago Molina Filgueira, que asumió el rol de navegante.
Aunque su tarea se vio sensiblemente afectada porque los intercomunicadores se dañaron, el joven de 20 años es un excelente parámetro para evaluar la tarea. "Será un gran piloto y un buen rival para los pilotos de su categoría", anticipa Del Campo, quien navegó a los Collado, Ricardo padre e hijo, a Fernando Caro y a Matías Mussi.
"Cuando el navegante pasa a ser piloto, tiende a conocerse primero y después al auto. Fernando ya se conocía y lo demostró porque todos me dijeron que pasamos muy rápido", analizó.
Del Campo planea formar binomio junto a Nancy Carlevaris, a quien ya navegó y lograron un campeonato. Ahora espera que el cambio de rol de ella siga con la mística del triunfo que ya los acompañó. Como él dice: "vamos por más".