BUENOS AIRES.- El juez federal Sebastián Casanello ordenó la inhibición general de bienes de Leonardo Fariña y de Federico Elaskar, este último ex titular de la financiera SGI, en el marco de la causa por lavado de dinero.
Según Infobae.com, fuentes judiciales señalaron que el juez dispuso inhibir todos los bienes de Elaskar y los de Fariña, lo que había sido solicitado por el primer fiscal que intervino en el caso, Ramiro González, al pedir la indagatoria de ambos.
Los bienes de Fariña están inhibidos desde hace meses por orden de la Justicia federal de La Plata por deudas de impuestos a las ganancias e IVA. Por eso, Casanello pidió ser notificado en caso de que se levante esa medida.
Tanto Fariña como Elaskar están citados a indagatorias por lavado de dinero para el próximo lunes, aunque el abogado Iván Mendoza, defensor del marido de la modelo Karina Jelinek, pidió una prórroga argumentando la gran cantidad de cuerpos del expediente.
Las indagatorias iban a realizarse el pasado lunes, pero ambas defensas pidieron una prórroga y Casanello las fijó para el próximo 10 de junio.
En tanto, Elaskar nombró como nuevo abogado defensor a José Manuel Ubeira, quien supo asesorar al ex policía Juan José Ribelli, involucrado en la causa AMIA.
Casanello ordenó el ingreso al programa nacional de testigos de Maximiliano Acosta, un allegado a Fariña, y quien declaró en la causa aportando elementos de contundencia –según fuentes judiciales– que le servirán al juez para indagar al marido de la Jelinek.
Acosta, testigo de la boda entre Fariña y Jelinek, declaró que firmó un boleto por la compra del campo “El entrevero” en Uruguay en 2012, por un valor de 14 millones de dólares, pero indicó que quien finalmente se lo quedó fue Daniel Pérez Gadín, contador del empresario Lázaro Báez y también imputado en la causa por lavado de dinero.
Por otro lado, Casanello aguarda los resultados de los allanamientos que ordenó hoy sobre tres propiedades de Báez en el sur. No obstante, solicitó a la jueza subrogante de Río Gallegos que realice un careo entre Sergio Triviño, el empleado del empresario que habría desmantelado la supuesta bóveda, y el matrimonio compuesto por Fabián Coli y Mirta Mayorga, ante quienes aquel le habría dado las fotos de la evidencia.