Atardecía en la city tucumana. A medida que el viernes se enfriaba, los rumores calentaban las mesas de los bares y los correveidiles andaban a la bulla corriendo, yendo y diciendo lo que de alguna manera era el cimbronazo de la semana. La confirmación la tenía el juez en lo Civil y Comercial Común de la IV Nominación, José Ignacio Dantur, quien sabía que en su oficina descansaba un expediente en el que el empresario Jorge Rocchia Ferro entraba en convocatoria de acreedores.
Financistas y acreedores tendrán el lunes que empezar a sacar número para ponerse en la cola del juzgado para ir redefiniendo cómo recibirán la plata.
Rocchia Ferro no es uno más de la vida empresaria tucumana. Produce más de 250.000 toneladas de azúcar y unos 70 millones de litros de alcohol, y administra unas 900 personas directamente (se calcula que en la actividad azucarera implica siete veces más en empleos indirectos). Polémico al fin, es uno de los líderes de la industria azucarera. Él es quien se moviliza y traba relaciones con los gobiernos nacional y provincial. Supo armar una dupla importante con Julio Colombres, hasta que empezaron a ver que tenían diferencias. Aunque a estos niveles empresarios las amistades y enemistades son sólo circunstancias que se deshilachan respecto de otros intereses. Rocchia Ferro no es un empresario carismático, precisamente. Sus embestidas frontales terminan creando la imagen de un elefante en un bazar. Sin embargo su ímpetu emprendedor lo ha colocado en aquel liderazgo y ha permitido que la industria azucarera les deje a estas generaciones una universidad, nada menos.
¿Cuál va a ser la reacción de la vida empresaria? Los dos caminos posibles le hacen parar los pelos a más de uno. Puede que haya otras firmas que imiten a este empresario y se derrumbe la actividad, o que por el otro lado se extremen los cuidados.
Especulaciones
La convocatoria del "Loco" (así llaman a Rocchia Ferro amigos, enemigos, empresarios y funcionarios) ha puesto sobre la mesa la efectividad de las medidas que ha adoptado el Estado para que la industria azucarera padezca lo menos posible este año. De esos análisis se leen mensajes que los industriales azucareros no terminan de entender de parte del Estado. Hay quienes sienten que la espada del menos querido de los funcionarios alperovichistas no parece equilibrada. ¿El Estado quiere o no frenar la evasión en la actividad azucarera?, se preguntan cuando ven a Pablo Clavarino declarando que no tienen personal ni estructura para controlar la actividad en negro de algunos ingenios. De hecho, el instituto que crearon a esos efectos no termina de armarse, y la zafra avanza velozmente y el precio de la bolsa de azúcar, lentamente.
A la hora de las especulaciones, los que juegan en el mismo equipo de este polémico empresario concursado no tienen vergüenza en decir que el Estado tiene ese problema de velocidad. Pero lo cierto es que como industriales, en tiempo de crisis, no han sabido encontrar la salida del laberinto azucarero.
Una ruta hacia los mimos
El rector de la Universidad Nacional de Tucumán va por una ruta segura y asfaltada a recibir los mimos de la Nación. No le importa si le da la espalda a la gestión provincial que supo cobijarlo. Por eso, Juan Cerisola puso dos hombres de La Cámpora en su equipo. Ricardo Zupán y el licenciado Rodrigo Alderete ya tienen fecha para jurar como subsecretarios de la UNT. No son dos figuras que se hayan destacado por sus méritos académicos, pero sí por sus respectivas militancias. Los anuncios últimos se convierten en una provocación a la Franja Morada, que viene padeciendo las designaciones. Mientras tanto, las autoridades de la UNT esperan que llegue a tiempo Laura Alonso, subsecretaria de Gestión y Coordinación de Políticas Universitarias. La funcionaria camporista está vinculada directamente al diputado nacional Andrés "Cuervo" Larroque, auténtico conductor de La Cámpora.
El acto de asunción se hará en la secretaría de Extensión que maneja Mario Leal, un hombre que consiguió una de las claves para entrar a la caja fuerte camporista.
La UNT venía siendo monitoreada por el cristinismo y los informes que llegaron a Buenos Aires confirmaron que el déficit operativo de la Casa de Estudios se había reducido. El pago por todos estos servicios va a seguir siendo la aproximación al camporismo. Hasta ahora, cada vez que Cerisola vio que sus bolsillos flaqueaban recurría a Beatriz Rojkés o a José Alperovich, matrimonio que últimamente no lo abraza. Desde la Nación no tienen problemas en ayudar a Cerisola, siempre y cuando no aparezcan nuevos Luis Sacca, que cuando llegan al Congreso terminan cascoteando al oficialismo. Estas decisiones ensancharon las espaldas de Leal, verdadero enemigo del diputado nacional radical. Pero el monitoreo nacional a la UNT es de riendas cortas; por eso, muy pronto se hará un censo para determinar los empleados contratados y especificando sus funciones y tareas. Esto de ser un rector débil que oscila entre las ayudas de unos o de otros no le va a traer tranquilidad a Cerisola.
"El santito"
Al radicalismo, por ahora, no lo desvela lo que haga el rector. La mirada está puesta en la convención de hoy, en la que se definirá si hacen o no alianzas para la contienda electoral, y también se posará en los días venideros, ya que el 22 deberán estar los postulantes.
José Cano, el presidente del bloque de senadores de la Unión Cívica Radical, parece que estuviera en convocatoria de acreedores. Todos van hacia a él a ver cómo y con qué les paga. En realidad debería ser al revés, ya que a todos los opositores, sean del partido que sean, les conviene que Cano sea candidato a diputado nacional, aunque su mandato de senador venza en 2015. Es más: parece "El santito" al que todos van a prenderle una vela.
Estas situaciones han puesto a Cano en situaciones desconocidas, inesperadas y, por ello, incómodas. De pronto es el único y gran referente de la oposición, pero sigue siendo un militante más del radicalismo. Tiene todo, pero no sabe bien cómo administrarlo. Y en estos días parece mareado cuando quiere poner una lista en la que sólo valgan los nombres que él quiere. También tambalea cuando duda, y en menos de tres meses da respuestas antagónicas respecto de su futuro. Hoy el radicalismo tiene la oportunidad de ponerse los pantalones largos y de conducir el proceso de una oposición unida, como parece exigir el excesivo poder que acuña el oficialismo. Esta noche se sabrá si está a la altura de los acontecimientos o seguirá siendo el ejemplo del partido que sabe más de rencillas que de conciliación.
En alerta
Precisamente la conciliación es algo que no figura en la relación de tucumanos y santiagueños. Sin embargo, el agua -y la contaminación- han metido en una coctelera a ambas provincias, que se miran con más recelo que nunca. La llegada de la zafra pone los pelos de punta a los tucumanos y en alerta a los santiagueños.
En estos días, los pescados también han encendido la alarma. Mientras las curvas en la cantidad de agua en embalses como los de El Cadillal y de Escaba siguen siendo las mismas de los últimos lustros (con las mermas propias de la sequía, pero con iguales comportamientos) en el Embalse de Río Hondo parece que han abierto de más las compuertas, y la cantidad de líquido es notablemente menor.
Los datos que aportaron las hidroeléctricas sobre el estado de los embalses advierten cómo estas acciones pueden volver a tensar las cuerdas entre los vecinos. Un mínimo descuido de los ingenios tucumanos podría convertirse en una fuerte crisis ambiental, y hasta ahora ha sido muy difícil evitar los descuidos. Una ayuda podría haber sido que el embalse de Río Hondo no hubiera perdido tanta agua en estos días, pero el descuido santiagueño parece que no se pudo evitar. Los intereses comunes que tanto se reclaman a las dirigencias políticas no saben de fronteras, menos de vecindades.