Tomás Bulat - Economista y periodista
La economía se maneja en el corto plazo. Hablar de seis meses en Argentina es largo plazo, y esto no es una contradicción. La economía del país está estancada, registrándose un leve crecimiento de la agricultura y el mercado automotriz; el resto de los sectores no se movieron demasiado. Atento a este escenario, el Gobierno nacional decide hacer un gran gasto a partir de julio para llegar en mejores condiciones de consumo a las elecciones de agosto (se realizarán las PASO). Sube un 35% la Asignación Universal por Hijo (AUH); cierra los acuerdos salariales con un 25% y un 26% de aumentos, y exceptuará, seguramente, el pago de Ganancias sobre el aguinaldo. Con todo esto puede haber una recuperación del consumo. Por otro lado, el Ejecutivo ha abierto las importaciones: 32% de crecimiento del ingreso de bienes en abril; y al mismo tiempo apuesta a consumir las reservas del Banco Central (BCRA).
1 - El Gobierno estimula el mercado para lograr una gran explosión de consumo desde julio. Y lo conseguirá. Además, intentará contener el dólar "blue", pero el paralelo registrará una ligera suba. Si el Gobierno logra fortalecerse en las PASO, las actuales medidas se mantendrán. Habrá más aumentos de asignaciones, control de precios y mayor liquidación de divisas para llegar en optimas condiciones a las elecciones de octubre.
2 - Si al Gobierno no le va bien en las elecciones Primarias Abiertas Simultáneas y Obligatorias (PASO), se abrirá una incógnita sobre lo que sucederá en el segundo semestre. Si llegara a perder, podría perder también un poco de poder de autoridad. El escenario preelectoral estará marcado por un "boom" expansivo de consumo. Luego de agosto, las condiciones de ese mismo escenario dependerá del resultado de las elecciones.
3 - El Poder Ejecutivo Nacional (PEN) efectuará, de todas formas, nuevos ajustes entre agosto y septiembre, pensando en el sufragio de octubre. Después llegarán otros ajustes. El Gobierno, asimismo, cambió su estrategia de preservar las reservas del Banco Central (BCRA). Ahora no le importa conservar las divisas, sino apunta al consumo. El criterio se transformó: "yo construí las reservas, yo las destruyo".
4 - La inflación seguirá creciendo. El Gobierno tratará de controlar los precios de algunos productos y, principalmente, el nivel de empleo y de consumo. La Casa Rosada otorgó aumentos de la Asignación Universal por Hijo (AUH) y autorizó subas de salarios. El incremento de los valores de los productores irá en ascenso, pero la gente lo podrá absorber a partir de las ajustes en los haberes y en los programas sociales.
5 - No se crearán nuevos puestos de trabajo en el segundo semestre de 2013. El mercado laboral se mantendrá en el nivel actual. El mensaje del Gobierno al sector privado es que no haya despidos. Si la economía no está bien entre agosto y septiembre, se podría acudir a la doble indemnización para mantener la estructura, por ejemplo. Esto sucederá hasta octubre, después la economía barajará y dará de nuevo.
La inflación y el desempleo presionan al Gobierno
Hernán Lecunza - Director de Empiria Consultores
En los meses previos a las elecciones legislativas de octubre, el consumo -principal argumento del Gobierno para el respaldo social- se ve comprometido por el aumento del desempleo y por la caída del salario, del 2,1% anual en el primer trimestre del año. Este escenario deteriora, la imagen de la presidenta, Cristina Fernández, y genera un incremento de la conflictividad social: las protestas en la vía pública aumentaron el 27% anual, mientras que el ciclo lectivo comenzó con medidas de fuerza gremiales en 17 de las 24 provincias. Para descomprimir la tensión social, el Gobierno se esfuerza por cerrar las negociaciones salariales con los gremios, al tiempo que busca reimpulsar el consumo con el aumento de las asignaciones familiares, principalmente la Asignación Universal por Hijo. Pero la tarea no será fácil, ya que la inflación no cede, en un contexto de estancamiento económico y de generación de empleo.
El Gobierno estimula el mercado para lograr una gran explosión de consumo desde julio. Y lo conseguirá. Además, intentará contener el dólar "blue", pero el paralelo registrará una ligera suba. Si el Gobierno logra fortalecerse en las PASO, las actuales medidas se mantendrán. Habrá más aumentos de asignaciones, control de precios y mayor liquidación de divisas para llegar en optimas condiciones a las elecciones de octubre.
1 - Para apuntalar el consumo y mejorar la imagen presidencial, el Gobierno aumentó la ayuda social: elevó de $ 340 a $ 460 la Asignación Universal por Hijo (AUH), entre otros beneficios. Pero la AUH, y el restos de las asignaciones familiares, se financian con recursos de Anses, por lo que se requiere un financiamiento de $ 6.000 millones adicionales a lo presupuestado en 2013. Esto suma presión a cuentas fiscales, que ya marchan en deterioro.
2 - El aumento interanual de 104.500 personas sin trabajo es consecuencia de un ritmo de creación de empleos inferior a la cantidad de personas que buscan trabajo. La suba de la población activa (188.400 personas) podría atribuirse al efecto "trabajador adicional": es decir, nuevos integrantes del núcleo familiar que se integraron al mercado laboral. Esta tendencia también se verifica con la suba del 8% en la tasa de subocupación.
3 - El empleo público fue más dinámico a la hora de crear trabajo: en 2012, el sector privado creció a un ritmo del 1,2% anual, frente al 4,8% del trabajo público. Proyectando un crecimiento económico del 2% en 2013, difícilmente se revierta esta divergencia, ya que el empleo crecería 0,5% anual, por debajo del crecimiento de la población. La encuesta del INDEC a industriales evidencia que no hay intenciones de aumentar el personal.
4 - La suba de la inflación en 2012, en un marco de estancamiento económico y de generación de empleo, se tradujo en un incremento del 25,7% de la pobreza, desde el 23,8% de 2011, según la Universidad Católica Argentina (UCA). Tras la reducción de casi 30 puntos en la primera etapa del kirchnerismo (había superado el 50% en 2002), el nivel de pobreza abarca casi a la cuarta parte de la población desde hace seis años.
5 - La tendencia de reducción de la indigencia continuó en 2012, y bajó del 5,3% al 5,8% de 2011. Debido a la incidencia de la ayuda social, la caída de la indigencia es atribuible al impacto de los planes sociales, principalmente la AUH. Este beneficio compensó el deterioro inflacionario. Posiblemente, y con prescindencia del efecto marginal de una inflación que no cede, la suba de la AUH impulse una nueva reducción de la indigencia en 2013.