NOVELA

RAYUELA

JULIO CORTÁZAR

(Sudamericana - Buenos Aires)

Este lúcido suicida (Julio Cortázar) no es tal, sino un valioso índice de época. Y a este siglo XX lleno de caminos potenciales y de sendas abandonadas no lo definen las formas, sino la ausencia de una fe capaz de sostener esas formas. Pienso que es allí donde se inserta el pensamiento generador de Cortázar, en la intuición del fin de una aventura espiritual que se muestra en plenitud en Rayuela. Leyendo sus libros, ficciones que transcurren entre riberas de fantasía y sueño que sólo tocan la realidad para darla vuelta y exponerla en su absurdo vacío, he sentido esa búsqueda afanosa de una verdad que pueda elevarse por encima de todas las verdades menoscabadas.

Cortázar logra adecuar la novela a una función de medio, no ya como un fin en sí misma. En último término, el escritor trata de crear la convicción de que cada lector, cada ser, es el más vívido, el más importante de los personajes-actores posibles o, lo que es lo mismo, y dicho de un modo necesariamente metafórico, de trasladar el mundo cerrado de la novela al orden abierto y universal de la poesía. Ambición posible, probada, que no anula la literatura precedente sino que la enriquece, pese a que la búsqueda del nuevo orden con que Cortázar ejercita esta literatura no constituye en el fondo más que una nueva evasión de la que debe tenerse conciencia.

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Roberto J. García