El final tuvo un grado de emotividad superlativo. Todo el suspenso quedó condensado en esa dramática tanda de los penales que sepultó poco más de 94' de un partido sin muchos matices, de poca monta, que dejó en el tiempo ordinario un insípido 0 a 0, resultado que obligó a definir desde el punto del penal porque en La Bombonera habian terminado igual. En la maratónica serie de los tiros ejecutados (26 en total), Newell's terminó embriagado de felicidad porque acertó uno más que Boca (10 a 9) y se metió en las semifinales de la Libertadores por tercera vez en la historia.
El cuadro de Martino, indudablemente el mejor del fútbol argentino, fue abrumadoramente superior en cuanto a posesión de la pelota, pero no logró trasladar esa supremacía en situaciones de gol. Por el contrario, fue Boca -extremadamente cauteloso en su planteo para dejar su arco en cero- el que tuvo las llegadas más claras para definir el encuentro en el segundo tiempo, cuando arriesgó algo más que en los 45' iniciales. Blandi fue el protagonista de ambas acciones: Casco despejó en la línea un cabezazo suyo y otro, después de un preciso centro de Riquelme, que golpeó el palo izquierdo de Nahuel Guzmán. Casi inmediatamente, Delfino echó a Clemente Rodríguez y Boca volvió a refugiarse en su actitud cautelosa. Bianchi reemplazó a Blandi por Nahuel Zárate, revelando su intención de aguantar el cero.
Con Lucas Bernardi empujando a su equipo a partir de su tremendo despliegue, Newell's no logró profundizar arriba. Y el partido desembocó en una definición infartante, que lo depositó en semifinales y dejó a Boca perdiendo el último reto importante del semestre.
Newell's tuvo la pelota pero casi no inquietó a Orión. Boca, en cambio, generó las mejores chances para convertir. Un cabezazo de Blandi en el palo y otro despejado sobre la línea fueron las más claras
La expulsión de Clemente Rodríguez cambió la historia del partido. Llegó en el mejor momento de Boca, que con uno menos se dedicó a cuidar el 0-0. El local tomó el control del balón, pero no lo aprovechó.
La definición tuvo héroes de los dos lados. Orión y Guzmán se lucieron pero la balanza se inclinó para el local porque sus figuras, Scocco y Rodríguez, no fallaron nunca. Riquelme y Martínez sí.