El balance de los 10 años de gestión kirchnerista no acepta grises. O está lleno de elogios, o bien plagado de críticas. Así de enfrentados se mantienen oficialistas y opositores a la hora de analizar lo sucedido en el país tras la asunción de Néstor Kirchner, en 2003.

"Este proyecto político ha puesto el eje en la dignidad soberana, el orgullo, la confianza, la voluntad y la convicción, aspectos que algunos buscaron y buscan socavar. Pero no lo lograrán", advirtió la presidenta provisional del Senado, Beatriz Rojkés de Alperovich.

Los éxitos de la gestión, según Rojkés, tuvieron su correlato en esta provincia. "En Tucumán, la creación de miles de puestos de trabajo, el crecimiento de más del 100% del PBI, las más de 20.000 viviendas entregadas, los kilómetros de caminos, las 300 escuelas y la enorme inversión social en cada rincón de nuestra provincia nos hacen reafirmar que esta década ganada ha sido un triunfo de todos los tucumanos y de todos los argentinos", añadió Rojkés, también presidenta del Partido Justicialista (PJ) tucumano.

En las antípodas

La visión del radicalismo local es diferente. Según el senador nacional José Cano, el kirchnerismo debería preocuparse por los problemas reales del país antes que dilapidar esfuerzos en festejos.

"El escenario en el corto plazo es preocupante para los que no tienen trabajo o viven de un salario, como la mayoría de los argentinos. Estamos frente a un gobierno que ha decidido negar la realidad para creer en su propio relato", expresó el presidente de la UCR tucumana.

El titular del bloque de senadores radicales consideró que las medidas kirchneristas son demagógicas. "El modelo K está agotado, pero sigue recurriendo a viejas recetas. En la última semana y a pocos meses de las elecciones, anuncian un incremento en el gasto social y la creación de grupos para controlar a los empresarios y comerciantes que suban los precios. Lo más probable es que la impericia que vienen demostrando para gestionar la economía sólo provoque más inflación y estancamiento", advirtió el referente opositor. "Desde lo político, es lo peor de la demagogia populista: ¿acaso sólo en elecciones la Presidenta se acuerda del hambre, en un país con 27% de pobreza? Pareciera que sólo les interesan los votos de los pobres, y no los pobres", insistió Cano.

El diputado nacional por la UCR, Luis Sacca, también fue sumamente crítico a la hora de evaluar la gestión oficialista. "En vez de aprovechar la conmemoración del 203 aniversario de la Revolución de Mayo para llamar a la unidad de los argentinos, la Presidenta sigue profundizando la división en la sociedad argentina", afirmó el ex funcionario de la UNT. "La contradicción de no reconocer los índices reales de la inflación, el desempleo y la admisión tácita del fracaso del plan de control de precios, buscan ser maquillados con una bravuconada sin asidero legal alguno, más propio de un gobierno fascista y totalitario", cuestionó, en alusión a que organizaciones sociales kirchneristas tendrán a su cargo el control de precios.