SAN LUIS.- La lluvia de abrazos, saludos y palmadas que recibió en el autódromo "Rosendo Hernández" de San Luis fue proporcional al diluvio de mensajes, llamados y expresiones de alegría que recibió en sus cuentas de las redes sociales, desde muchos puntos de la Argentina. Y todo por un triunfo. Y todo por una victoria que le era esquiva desde el 24 de abril de 2011, cuando había festejado en Pigüé.

Le costó a Lucas Mohamed recuperarse del frenesí impuesto a partir de su éxito de punta a punta, el tercero en su historial en la Clase 2 del Turismo Nacional (en primero, en 205 en Concordia). Después del podio y de la verificación técnica, cuando las cosas comenzaron a calmarse y el VW Gol yacía heroico, ante la mirada de los integrantes de su equipo y de los curiosos, el yerbabuenense atendió a LG Deportiva.

- Desde afuera se vio que tu dominio fue total. ¿Fue así?

- Más o menos. En carrera no descansé nunca, fue un sufrimiento mantener el ritmo. Aceleré al límite de las vueltas del motor, no hubo parte del auto que no usara para mantenerme adelante.

- ¿Y eso se dio en todo el desarrollo de la final?

- Al principio, mientras el auto estuvo sólido, tenía todo controlado. Pero desde la mitad de la carrera me fui quedando sin tren delantero y los neumáticos perdieron grip. Encima erré dos veces un cambio y en algún momento, pasé a un rezagado con alguna dificultad. Allí, tanto Hanna Abdallah como Matías Machuca se acercaron bastante. Entonces, me dediqué a tratar de sacar ventaja en lo recto, porque en lo trabado se me complicaba.

- ¿Sentiste la necesidad que la final acabe rápido?

- En verdad que cuando uno va primero no ve la hora de que aparezca el cartel de última vuelta. Es que se pierde la costumbre de estar adelante. Vuelta a vuelta, las condiciones de pista pueden cambiar y hay que saber manejar eso. - El chasis te hizo sufrir, ¿y el motor?- Fue un cañón. Impresionante. Eso sí, en un momento casi me vuelvo loco: con el cambio del reflejo del sol, en un momento pareció que se encendía la luz de la presión de aceite. ¡Me hizo cabecear más de una vez!

- ¿Ganar fue una revancha después de varios segundos puestos?

- No lo creo, para mí era una carrera más. Pero tenía en claro que no quería salir segundo de nuevo. Yo quería ganar esta carrera, hasta la tomé con cierto enojo por una serie de cuestionamientos que llegó de parte de gente del ambiente. Igual, a eso lo tomo desde el lado positivo: me mantuvieron muy en alto el espíritu competitivo.

"Fue una prueba de locos" 

"No es la primera vez que ganamos, pero cada triunfo se siente como si nunca lo hubiéramos logrado. Fue una prueba de locos, en la que a Lucas nunca le dieron respiro. Abdallah y Machuca se acercaron al final y él manejó la situación muy bien. Encima estábamos incomunicados, porque la radio no funcionaba. Normalmente ante una situación difícil yo lo calmo, lo aliento. Esta vez se batió solo. Haber ganado de esta manera, de punta a punta, es una satisfacción enorme. Tan grande como el cariño que nos entrega la gente". ("Lito" Mohamed, papá de Lucas y motorista del VW Gol)

Pablo Ortega se lució con un 9° lugar, lo mejor de su carrera
Fue a San Luis con el objetivo de terminar entre los diez primeros ubicados. Y cumplió. Pablo Ortega finalizó 9° en el "Rosendo Hernández" y exteriorizó su felicidad. "Logré un muy buen ritmo de carrera desde el principio porque el Renault Clio andaba bárbaro. Y traté de cuidarlo lo más posible, sobre todo a sus neumáticos. Fue una carrera muy exigente", contó.

Ortega sostuvo que se decidió a defender lo mejor posible su posición. "Me atacaron todo el tiempo, incluso Daniel Bassi casi me hace despistar. Pero aguanté. También fue dura la lucha con Esteban Sarry. Es que estaba en un grupo que fue pura batalla. En ese sentido, me encantó haber participado de ella", analizó.

El piloto del equipo Dellasantina adelantó que, cumplido el objetivo de estar entre los diez de arriba, ahora hay que "mantenerse e incluso mejorar. Lo que pasó no solo me llenó de alegría, sino que hizo muy feliz a la familia. Ahora, voy por más".