Recopilar conocimientos sobre herboristería y sobre prácticas curativas y de alimentación de las culturas indígenas y campesinas de Tucumán. Formar "promotores de salud indígenas" para la atención de enfermos en sus comunidades. Capacitar a médicos y a enfermeros "para una mayor comprensión del universo sociocultural" de los pueblos originarios.

Los enunciados del párrafo anterior son algunos de los objetivos del proyecto de ley elaborado por la legisladora Marta Zurita (PJ). La alperovichista, junto a sus compañeros Beatriz Bordinaro y José León, propuso la creación de Centros Interculturales de Salud (CIS) para conjugar, en los CAPS y los CIC de la provincia, la aplicación de la medicina tradicional con la medicina alternativa.

Estos organismos sanitarios, según el texto de la peronista, tendrán dos coordinadores: un profesional de la salud "debidamente acreditado, seleccionado mediante concurso público de antecedentes y oposición"; y "una persona idónea en el arte de curar ancestralmente", propuesta por las comunidades indígenas o campesinas del lugar que se trate.

El proyecto ya fue enviado a la comisión de Salud Pública de la Legislatura, a cargo de la amayista Beatriz Ávila, y está a la espera de ser tratado. Fuentes del parlamento indicaron que este comité se reunirá la semana próxima. ¿Obtendrá dictamen el proyecto de Zurita?

Fundamentos

"Desde antaño, los sistemas occidentales de salud se han resistido a incorporar a sus infraestructuras la medicina ancestral de los pueblos indígenas y campesinos. También las universidades adoptaron una posición parecida en nuestro país y, salvo casos excepcionales, no se enseña de manera sistemática el conocimiento ancestral rural de la medicina", expresó Zurita para fundamentar su iniciativa. Además, sostuvo que "son muchas las razones" que explican esta situación. "Van desde lo político-ideológico y el desconocimiento hasta razones de discriminación profunda", redactó la peronista. Zurita remarcó otro aspecto al que podría aportar su proyecto. "Muchos campesinos e indígenas de la región se resisten a asistir a las consultas médicas que prevé el sistema oficial. Encuentran mayor confianza en personas que tradicionalmente 'curan' en sus propios pueblos y no en los profesionales de la salud", apuntó la oficialista. Y consideró que las razones son múltiples: desconfianza, identificación cultural, temor y desconocimiento, entre otras. "Esta situación repercute en la salud de estas personas, ya que a veces cuando llegan a ser atendidos por los médicos occidentales es tarde", aseveró la legisladora.

Para campañas y controles

En el articulado del proyecto, Zurita destaca la necesidad de una partida presupuestaria (a asignar por PE); y que la autoridad de aplicación de la norma será el Ministerio de Salud, a través del Siprosa.

Entre los objetivos, la experimentada peronista destacó la importancia de un trabajo "interdisciplinario e intercultural" para realizar acciones relacionadas con la alimentación de los pacientes; la atención del embarazo y del parto; el seguimiento de la madre y del bebé durante su primer año de vida; la erradicación y control de enfermedades endémicas; y la promoción de campañas de vacunación y de salud buco-dental.

"En la región del NOA, y en Tucumán en particular, debemos comenzar a trabajar institucionalmente sobre esta temática, promoviendo la incorporación e integración de la medicina ancestral rural al sistema público de salud", explicó la parlamentaria. Y aseguró que una de las principales razones para ello es que "en nuestra población contamos con un alto porcentaje de personas indígenas y campesinas". "Por todo esto (...) realizo esta propuesta, atendiendo a la importancia de articular la medicina tradicional occidental con las practicas del cuidado de la salud que desde hace más de 500 años utilizan los pueblos originarios y campesinos de nuestra provincia y región", remarcó Zurita.