Julio de 2012. Día de reunión. Los comensales se ubican cada uno en su lugar de siempre. La mesa rectangular del estadio Monumental es ahora el campo donde se define parte del futuro del otro equipo que juega en la cancha de césped y por los puntos. Cada comensal tiene una idea, defiende su postura. Hay cortocircuitos, idas y vueltas, hasta que se llega a un acuerdo, a un consenso atado con hilo transparente. El show debe continuar.
En ese momento, hay una lista previa de jugadores a sumar. Ricardo Rodríguez, el heredero de un futuro incierto en el "decano", entrega una grilla de entre cinco y siete futbolistas por puesto. Días después, en total, a Atlético se suman casi 15 caras nuevas y apenas una de todas esas fue primera opción: Gonzalo Bustamante. "No había plata", dicen.
"La ilusión está, pero se formó un plantel con buenos jugadores que nos ayuden a sumar puntos y así olvidarnos del descenso". El dirigente se sincera antes de que la pelota empiece a rodar en la temporada 2012/13. El deseo no embarga la realidad: se armó un grupo trabajador que puede dar la sorpresa, aunque no sea de primera línea. Se formó un equipo para pelear el descenso.
Y esa misma línea, que a veces se desvía de su curso por resultados adversos, también absorbe el día a día del club. Ese que el miércoles por la noche los volvió a enojar. "Retrasen el partido, no llegó el micro todavía", avisó Diego Barrado vía Twitter desde el hotel de la concentración, cuando faltaba menos de una hora y media para que empiece el partido contra Huracán. "Quiero seguir pese a muchas cosas de la organización del club. Hoy no había agua caliente", dijo el técnico. "Nos bancamos muchas cosas", lo acompañó Deivis Barone, otro de los que estalló. Falla la logística del marketing, incluso. Cristian Lucchetti debió comprarse en un negocio su propia camiseta porque la firma que viste al equipo no le envía buzos. Mario Leito, que ayer visitó al plantel en la práctica y habló a solas con el DT (de fútbol, según comentó) avisó: "no voy a contestar esas declaraciones. Si tengo que hablar con alguien, lo haré en mi oficina", dijo y repitió que con los sueldos es otra la historia: "todos esos reclamos son justos", dijo.
"Somos unos boludos, demasiado buenos con estos dirigentes, que se portaron mal desde el inicio. Ya en el segundo mes nos empezaron a dar vueltas con el pago", cuenta hoy un referente del grupo. Otro jura haber sido "traicionado". "Me ofrecieron un contrato y cuando llegué había otro. Con el libro de pases tan cerca del cierre no quedó otra que aceptar". La jugada sacudió varias firmas.
"Te da bronca que a veces te puteen como lo hacen algunos hinchas. La gente no sabe la que nosotros nos bancamos calladitos la boca". El mundo en off alimenta un presente político entre algodones en el "decano". Hay cuatro candidatos que deberán negociar y armar una lista única. Se busca la unidad en tiempos de guerra. Pero no habrá. Cada uno irá por su lado. Menos la Agrupación Celeste. Pide unión y candidatea a Ricardo Salomón. La Peña Julio Ramos no desea tregua; Con Atlético Todos, tampoco.
La guerra es económica. El club siente el escaso ingreso por venta de entradas y ello genera una bola de nieve que se torna incontrolable. Sin ingresos, los pagos se retrasan. "Se hace lo que se puede. Los dirigentes están en el aire", desliza otro peso pesado que la sufre como el resto.
La situación en Atlético es crítica. "No queremos que llegue a lo que le pasó a San Martín", reza uno de los candidatos. "Hay que ordenar al club", asegura y afirma que Atlético está obligado a reformularse de punta a punta. "Queremos armar un buen equipo, pero necesitamos inferiores, hoy devastada. Hace falta material humano, volver a las fuentes y dejar de traer futbolistas por traer", destaca.
La unión, puertas adentro del vestuario, no está jaqueada; sin embargo, ciertas promesas dirigenciales hicieron que las aguas se dividieran. Antes del 2-1 a Chicago, una porción pidió hacer paro. La otra mitad, esperar. Llegaron cartas documento por falta de pago de expensas; alquileres retrasados (hasta seis meses) y un problema que puede ser gravísimo: la deuda con la AFIP. Aparentemente, las cuotas que el club abonaba por la moratoria nunca llegaron a destino. Hay un juicio en camino e interlocutores y gestores que amenazan con abrir el paraguas.
Leito estuvo a punto de volver a nominarse como candidato a presidente. Reculó aunque asegura: "no estoy cansado". Cumplió un ciclo, avisan desde una esquina opositora. Alfiles que apuntan a ser reyes en la misma mesa rectangular que hoy se utiliza para el debate, porque las soluciones llegan a cuentagotas. Sin dinero, Atlético no camina. Se dice que ya se gastó el dinero de sponsors de la campaña 2013/14. Las elecciones pueden ser un punto de partida.