En tiempos difíciles, no hay almuerzos gratis; mucho menos cuando la economía está de por medio. Si alguno se equivoca con el menú, por más que demore en corregir, tendrá que pagar la factura en algún momento. Con esta comparación, Aldo Abram, director de Exante, trató de ilustrar el momento que vive la gestión de la presidenta Cristina Fernández, tanto por el cepo cambiario, las trabas a las importaciones y otras políticas que amenazan el rumbo económico argentino. "Inevitablemente vamos hacia una crisis y el próximo gobierno va a agarrar un ajuste ya hecho", dijo el economista. A su lado, Ricardo López Murphy, asentía. Y hasta pronosticaba un verano muy difícil para el país, producto de las dificultades energéticas, de la infraestructura y de las indecisiones en materia cambiaria. "Todo es cada vez más complejo, más trabado. En términos estructurales, soy pesimista por lo que puede llegar a suceder en 2014", planteó el ex titular del Palacio de Hacienda de la Nación.
Abram y López Murphy llegaron ayer a Tucumán para disertar en el marco del ciclo de charlas "Claves para interpretar la Argentina", organizado por la Fundación Federalismo y Libertad. Antes de la conferencia, los economistas visitaron LA GACETA junto con los miembros de la fundación, Martín Méndez Uriburu, y José Guillermo Godoy. En la oportunidad fueron recibidos por el gerente general de la empresa, José Pochat.
"No me parece que la crisis se desencadene de golpe, salvo que medie un factor externo como una abrupta caída del precio de la soja", aclaró López Murphy, que cree que el Gobierno nacional tratará de alargar la agonía. En esas circunstancias, cree que habrá una fuerte aceleración de la emisión monetaria, que implicará la puesta en circulación de unos $ 125.000 millones. "No creo que en el año electoral hagan una política fiscal más cuidadosa; no hay antecedentes. Por eso digo que este no es un diagnóstico caprichoso el hecho de que la emisión monetaria se expanda un 41%", deslizó el es funcionario de la Alianza.
López Murphy cree que es más factible un desdoblamiento del mercado cambiario (comercial y financiero) que una brusca corrección del tipo de cambio. Y, en ese contexto, consideró que el Banco Central puede seguir perdiendo reservas hasta un nivel de U$S 27.000 millones. El economista, además, señaló que no hay que perder de vista que no sólo hubo control del tipo de cambio, sino también una prohibición para girar utilidades y royalties. "Es como si te dijeran que lo que tenés invertido en la Argentina lo perdiste, porque no te lo dejo sacar", acotó.
La inundación de pesos
Abram, en tanto, expresó que en el mejor de los casos, el escenario monetario puede ser similar al de 2012, con una inundación de pesos hacia el final del año, que implicará sostener un nivel de inflación en torno de un 20% anual. En todo caso, el director de la consultora Exante le teme más a la experiencia de los argentinos. "Todos conocemos los mecanismos de defensa. Eso está mecanizado y, más aún, con la posibilidad de una devaluación del 20% hacia adelante", planteó. En ese aspecto, el espacialista interpretó que, en algún momento, el gobierno estará obligado a reconocer sus errores, en materia económica. "Una devaluación no sólo tiene un costo económico; también social", remarcó. A su entender, la parte más costosa del ajuste es reconocer la realidad "q ue hoy se oculta bajo la figura del relato".