OKLAHOMA, Estados Unidos.- Una familia se había refugiado, como todas, para recibir el impacto de los tornados que azotaron a varios estados de Estados Unidos desde comienzo de semana. Por suerte, su prevención les salvó la vida. Sin embargo, su casa no corrió la misma suerte.

Cuando pasó la ráfaga de viento, cámara en mano, el padre guió a su esposa e hijos al exterior del refugio. Lo que encontraron no fue nada alentador. Su casa estaba totalmente destrozada, disminuida a pequeños pedazos por el poder del remolino.

Más de 1.300 muertes causaron los tornados desde 1980 en Estados Unidos. El gigantesco tornado de categoría EF4 que ocurrió en la Ciudad de Oklahoma, que dejó al menos 91 muertos y 145 heridos, es considerado uno de los más mortíferos. LA GACETA ©