El mensaje fue tácito, pero muy claro: mientras le queden fuerzas (y la calculadora no le dé la espalda, por supuesto), Natación seguirá peleando un lugar en el Súper 8. Eso fue lo que pudo interpretarse del triunfo que consiguió en su casa frente a Lince (45 a 32).

Si bien terminó justificando los cuatro puntos que aumentó en la tabla, las cosas no habían comenzado bien para el equipo de Benjamín Aráoz al 700. Un Lince bastante más ambicioso controló el balón y con sus delanteros horadó la defensa de un rival dormido, falto de tackle y de actitud para presionar en el abuso de kick que mostraba como único argumento.

Sin embargo, sobre el final tuvo dos llegadas y facturó en ambas, desnudando la fragilidad defensiva de Lince y dando vuelta el score, cuyo parcial fue de 20 a 17.

Ya con el ánimo renovado, Natación fue mejorando en el usufructo de la pelota y mostró gallardía para repeler las réplicas "grises". No obstante, Lince tiró un oportuno zarpazo y quedó un punto abajo en el tanteador, forzando a un final totalmente impredecible. El anfitrión, despabilado por la posibilidad de perder lo construido, buscó pacientemente el hueco hasta que lo encontró Matías López, quien corrió en sexta velocidad y apoyó un gran try.

Los últimos minutos fueron una olla a presión. Nicolás González le dio una vida más al Lince, pero Bernardo Monmany la extinguió con una gran acción individual, que combinó un kick profundo con un vuelo hacia el ingoal.

De todos modos, a Natación aún le queda una tarea: rezarle un rosario entero a Lince para que derrote a Uni de Salta en el pendiente que se jugará el próximo fin de semana, aprovechando la fecha libre. Si los salteños ganan con bonus, Natación podrá ir despidiéndose del octogonal de arriba.

Mucho más fácil fueron las cosas para Jockey (T), que paseó a Tigres en el country y se dio el gusto de cortar la malaria que arrastraba. Así y todo, la reacción llegó tarde: del cuarto lugar lo separan 15 puntos, exactamente la cantidad que queda en disputa.