El papa Francisco llamó a toda la Iglesia a que no se encierre en sí misma, durante la celebración de Pentecostés, ayer domingo, en la plaza San Pedro en Roma. Frente a 200.000 personas advirtió que la actitud de encerrarse en posiciones de parcialidad conduce a la división y el conflicto, según consignó Télam. Señaló que lo nuevo siempre causa un poco de miedo, razón por la cual la gente muchas veces sólo sigue a Dios hasta cierto punto, porque quiere mantener todo bajo el control de sí mismo.
El líder de la Iglesia ratificó su llamamiento a los católicos para que abran las puertas y salgan afuera para transmitir la alegría de la fe y del encuentro con Cristo. Además, advirtió sobre la amenaza de una institución que es auto referencial, cerrada en sí misma y habló del coraje para acudir a las calles del mundo y alcanzar los suburbios de la existencia.
El Papa vistió de rojo como lo marca la liturgia para este día y después que terminó la celebración recorrió la plaza en un vehículo blanco y saludo a los fieles
La noche del sábado, Francisco había celebrado una Gran Fiesta de la Fe en la Plaza de San Pedro durante la cual pronunció un largo discurso, en gran parte improvisado, pidiendo coraje y paciencia para difundir la fe y abogando por una "cultura del encuentro".