Con frecuencia el exceso de confianza nos lleva a no darles a los problemas su real importancia; o a subestimarlos; o a pensar que solos se van a encauzar, haciendo lo mínimo o nada. Esta actitud está relacionada con una suerte de incapacidad para encontrarles soluciones, para anticiparse a ellos, apoyándose en la prevención y la planificación. Nadie desconoce que sin agua potable la vida humana no es posible. Ya en 2002, en la Cumbre Mundial sobre el Desarrollo Sostenible, en Johannesburgo, se hizo un llamado urgente para hacer frente al problema de la falta de agua en el mundo. Tucumán afronta nuevamente un período de sequía, con pronósticos poco alentadores.

Hubo preocupación luego de la reunión de la Comisión de Desembalse de la Provincia, integrada por el Ente Único de Control y Regulación de los Servicios Públicos Provinciales, la Dirección de Recursos Hídricos, la Sociedad Aguas del Tucumán, la empresa Hidroeléctrica Tucumán y la Dirección Provincial del Agua. La Comisión dijo que el agua para consumo humano tiene prioridad y para ahorrar en el consumo, les solicitaron a los cuatro ingenios que se abastecen de El Cadillal (San Juan, Concepción, Florida y Cruz Alta) que se pongan de acuerdo para iniciar juntos la zafra. "No consiguieron ponerse del todo de acuerdo, pero estamos en un momento crítico, entonces decidimos que vamos a erogar de una sola vez y para todos", dijo el titular de Recursos Hídricos.

El dique Celestino Gelsi (ex El Cadillal) proporciona la mitad del agua para consumo humano en el Gran San Miguel de Tucumán. El martes pasado, la cota ascendía de 604,25 metros sobre el nivel del mar, 3,25 metros menos que lo esperable para este mes, cuando el embalse debería estar en su máxima altura. Un directivo de la Sociedad Aguas del Tucumán señaló que se repotenciaron 11 pozos en diferentes puntos estratégicos de la provincia, es decir que instalaron nuevas bombas para utilizar al máximo. Manifestó que a causa de los desmontes principalmente, los pozos tienen menos agua porque se infiltra un 20% menos que hace algunos años. "La lluvia se escurre rápidamente hacia los canales, entonces no se consigue una óptima recarga de los acuíferos y encima se consume más agua porque incrementa la población", agregó.

En 2003 y 2004, hubo períodos de sequía y se restringió el consumo del agua en el campo y en las industrias. Había entonces que 120.000 hectáreas destinadas a cultivos y se calculaba que el volumen diario que consumían los habitantes del Gran San Miguel de Tucumán ascendía a 3.000 litros por segundo. En octubre de 2009, nuestro diario titulaba: "Tucumán soporta la peor sequía de los últimos años. Se registra un pico histórico. Las lluvias llegarán a mediados de noviembre".

Se supone que el Estado es el que debe controlar los desmontes y la constante depredación que ha venido sufriendo a zona del piedemonte en los últimos lustros, pero la realidad refleja que no lo hace eficientemente.

El dique El Cadillal fue inaugurado en diciembre de 1965. Parece inexplicable que en casi cinco décadas, no se hayan hecho obras significativas para preservar el agua y evitar estas vicisitudes en una provincia privilegiada por los numerosos ríos que tiene. ¿Qué esperarán los gobiernos de turno para diseñar una política integral con proyección de futuro? Con palabras y parches no se combate la sequía.