BUENOS AIRES.- Tras la muerte de Jorge Rafael Videla, sobrevive sólo uno de los cuatro ex presidentes de facto que gobernaron en la Argentina durante la última dictadura militar (1976-1983): Reynaldo Benito Bignone.

El ex general del Ejército encabezó la junta militar que dio el 24 de marzo de 1976 el golpe de Estado que derrocó el gobierno constitucional peronista de María Estela Martínez de Perón. Los otros dos integrantes de aquella junta, Emilio Eduardo Massera y Orlando Agosti, murieron en 2010 y 1997, respectivamente.

Luego de una puja de poder, Videla renunció en 1981 y fue sucedido el 29 de marzo de ese año por Roberto Eduardo Viola. Este gobernó sólo unos meses, hasta el 11 de diciembre, cuando fue desplazado y reemplazado interinamente por el vicealmirante Carlos Alberto Lacoste, hasta que el 22 de diciembre asumió Leopoldo Fortunato Galtieri. Galtieri fue el ideólogo de la invasión a las Islas Malvinas en abril de 1982, que abrió con una famosa frase: "si quieren venir, que vengan, les presentaremos batalla". Viola falleció en 1994, Lacoste, en 2004; y Galtieri, en 2003.

La derrota argentina marcó además el comienzo del declive de la dictadura. Con la salida de Galtieri del gobierno, asumió Bignone el 1 de julio de 1982, quien llevó adelante la transición hacia la democracia, con el llamado a elecciones abiertas el 30 de octubre de 1983. En 2011 fue condenado por la Justicia a prisión perpetua por delitos de lesa humanidad cometidos durante el tiempo que ocupó el poder.

El radical Raúl Alfonsín ganó los comicios y asumió la presidencia el 10 de diciembre de 1983, poniendo fin a la dictadura más sangrienta de la historia argentina que dejó unos 30.000 desaparecidos, según estimaciones de los organismos de derechos humanos.

Con su muerte, los jerarcas de la dictadura enterraron información clave de los años de plomo, como el destino de los desaparecidos y los cerca de 400 bebés que fueron apropiados ilegalmente. (DPA)