¿Porqué es importante el agua en el mundo y porqué debemos tenerla disponible siempre que la necesitemos? Esta es una de las preguntas que debemos tener siempre en mente los productores que van a regar, las industrias para cumplir su proceso de industrialización de materias primas, las generadoras de energía eléctrica para mover sus generadores y muchos usuarios más.

Es importante destacar que el hombre común también lo debe saber y lo sufre cada vez que se queda sin agua en su casa. No hay cocina ni baño que funcione sin este elemento tan importante.

El problema surge cuando las autoridades que nos gobiernan o nos gobernaron dejan de pensar en la importancia del agua.

El agua dulce es importante para la vida y en el mundo está disponible de diversas maneras: las lluvias o nevadas permanentes o estacionales, los ríos o lagos de montaña o el agua subterránea son las más comunes de ver en todo el planeta y el hombre, para usarla, realizó obras como diques embalses, diques niveladores, tomas de río, represas o perforó el suelo en busca del líquido elemento.

Países como Israel, España, EEUU y nuestro vecino Chile invierten como Estado grandes sumas de dinero para poder disponer del recurso que genera grandes riquezas, pero por sobre todo vida.

Y las instituciones y empresas dedicadas a la producción agrícola ganadera usan muchas horas de trabajo para determinar cuál es la forma más eficiente de hacer un adecuado uso del agua.

La utilización del agua dulce como riego pasa a ser indispensable para poder producir adecuadamente en diversas partes del mundo y en numerosas zonas de nuestro país y de Tucumán.

La falta de agua permanente o temporal hace que todo lo relacionado con la producción agrícola-ganadera se encuentre totalmente acotada y que se deba recurrir a la inteligencia para colocar el agua en el momento y en la cantidad justa, que un sistema productivo necesita para progresar.

Los desastres

En nuestra provincia y en muchas otras zonas de nuestro país sufrimos nuevamente este verano de fuertes sequías estacionales por segundo año consecutivo, que perjudicaron a diferentes cultivos estivales y pasturas para la alimentación de ganado.

En Tucumán solo basta recorrer los campos para ver los desastres que causó la falta adecuada de lluvias en cultivos de soja, maíz, poroto, caña de azúcar y pasturas entre los más afectadas.

La falta de agua fue tan notoria, que nos da a pensar que debemos tomar los recaudos para que cuando esto ocurra de nuevo, ya pronosticado, no tengamos que mirar el cielo para que llueva y a las autoridades para que nos decreten una emergencia.

Se deben realizar los esfuerzos necesarios (inversiones) para aprovechar el agua que corre por nuestros ríos, por nuestro subsuelo y el agua que cae del cielo en la época de verano para que al momento de necesitarla por faltante, por lo menos tengamos algo disponible y que los daños no sean cuantiosos.

Preocupa que durante dos años no hayamos tenido el suficiente aporte de agua de lluvia para enriquecer nuevamente los acuíferos de la provincia y por lo tanto hoy se vean a los ríos con muy poco caudal y que los acuíferos subterráneos sean cada vez más profundos.

En inconcebible que hayan pasado ya 57 años de una gran obra como lo fue el dique El Cadillal que suministra de agua de riego e industria a una gran parte de nuestra provincia, pero sobre todo y aun más importante, agua para el consumo humano.

Acabamos de salir de un verano nuevamente escaso en lluvias, en una provincia en la cual el régimen de precipitaciones es monzónico y por ende los aportes principales de agua se dan en el verano.

Tenemos ríos muy importantes y caudalosos gran parte del año, salvo estos dos últimos, para aprovecharlos y embalsarlos y que nos sirvan de almacenaje para épocas críticas como ahora.

Es inconcebible que en esta época tengamos que pelearnos por el uso del agua y que ahora apenas alcance para el consumo humano.

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Las autoridades que manejan el agua hablan de compartir el recurso entre las industrias, por el actual faltante, y el uso para riego, si es que sobra.

Lo real es que todos debemos seguir agudizando la inteligencia para hacer del uso del agua un manejo muy racional, ya sean los productores regando eficientemente, las industrias aprovechando al máximo el agua y los habitantes no desperdiciándola.

Pero esto sucederá mientras tengamos agua suficiente, y para ello se requieren obras reales de infraestructura hídrica que deben tener prioridad en la política de gobierno de las autoridades que manejan en estos días las responsabilidades que la gente les legó al elegirlas con el voto.