MADRID.- Las pruebas de ADN confirmaron hoy que Ariel Castro, el sospechoso de violación y secuestro de tres mujeres en Cleveland es el padre biológico de la hija de 6 años de Amanda Berry, una de las víctimas, según Dan Tierney, portavoz del fiscal general de Ohio.
La oficina del procurador general Mike DeWine confirmó el viernes la paternidad de Castro en un comunicado de prensa. DeWine dijo que a Castro se le tomó una muestra del ADN el jueves y los forenses trabajaron toda la noche en el caso.
La niña es hija de Berry, que según las autoridades fue mantenida aproximadamente una década en la casa de Castro en Cleveland junto con Gina DeJesús y Michelle Knight.
Castro aterrorizaba a la madre de sus hijos encerrándola, golpeándola y torturándola psicológicamente antes de que su relación se desintegrase, dijeron los familiares de la mujer.
Familiares de Grimilda Figueroa, que abandonó a Ariel Castro hace años y murió en 2012 después de una prolongada enfermedad, trazaron un retrato aterrador sobre la vida con Castro mientras las autoridades hacían públicos los detalles de los abusos sufridos por las otras mujeres cautivas.
En una entrevista con The Associated Press el jueves, los familiares describieron a Castro como "un monstruo" que abusaba de su esposa y encerraba a su familia dentro de la casa. La revelación contrasta con las versiones de algunos familiares de Castro y un vecino, que consideraban al exconductor de un colectivo escolar como un hombre feliz y respetuoso.
Los familiares de Figueroa dijeron que Castro la golpeaba salvajemente, la arrojó desde la parte superior de unas escaleras, le fracturó la nariz y le dislocó un hombro, entre otras lesiones. Su hermana, Elida Caraballo, dijo que Castro una vez empujó a su mujer dentro de una caja de cartón y cerró las tapas. "Le dijo: '¡Te quedas allí hasta que yo te diga!''', recordó la hermana, que lloraba al recordar el tormento. "Allí fue cuando me asusté y corrí escaleras abajo a buscar a mis padres".
Castro, para asustar a su esposa, mantenía un maniquí al que había colocado una peluca oscura y algunas veces conducía por el vecindario con él, dijeron los parientes. LA GACETA