Enrejó su almacén hace un tiempo para prevenir robos, pero la caída de las ventas la obligó a retomar la atención a puertas abiertas. "Se vende poco y la gente no se anima a hacer compras desde la reja, porque también tiene miedo de que la asalten", explicó a LA GACETA Eunice María Fita Patrick. La mujer tiene una despensa en la manzana 8 del barrio Soeme, en Las Talitas, y el miércoles a la noche sufrió un atraco dentro del local.

Eran las 21.40 cuando dos jóvenes entraron al comercio, blandieron un revólver y le apuntaron. "Esto es un asalto, quedate tranquila", le ordenaron de inmediato a Eunice. Luego pasaron detrás del mostrador y sacaron todo el dinero de la caja, que sumaba $ 500. Antes de retirarse, manotearon también las tarjetas telefónicas que la mujer tenía para la venta y que totalizaban un valor de $ 900.

El asalto duró segundos y los delincuentes sólo fallaron en perder algunos plásticos mientras corrían hacia afuera, donde los esperaba un auto. Según le contó una vecina a la víctima, el vehículo era un Volkswagen Gol, color gris y con vidrios polarizados. "Fue todo muy rápido, se nota que conocen el tema porque ni siquiera se hicieron pasar por clientes, fueron al grano", señaló la comerciante.

Mientras el auto desaparecía a toda velocidad, Eunice lloraba dentro del local. "Me dio un ataque de nervios, sentí mucha impotencia y mucha bronca. Uno trabaja muchas horas para poder conseguir el pan de todos los días, porque bajaron muchísimo las ventas, y viene esta gente a llevarse lo poco que uno tiene", lamentó ayer, cuando la tensión había disminuido y estaba más calmada. En diálogo con LA GACETA remarcó que ahora deberá reponer las pérdidas. "La plata de las tarjetas la tengo que poner yo porque me las dejaron en consignación".

Según la víctima, un vecino de su misma cuadra que también tiene un almacén fue asaltado hace dos sábados. "Entraron delincuentes, le apuntaron, lo tiraron al piso y le sacaron plata y celulares, a él y a los clientes que estaban en ese momento", relató Eunice.

De acuerdo a los comentarios del barrio, en esa oportunidad los asaltantes también huyeron en un Gol gris con vidrios polarizados.