Como en escasas oportunidades, los jugadores de Atlético se despidieron el viernes y se reencontraron ayer en el complejo Ojo de Agua. Atrás había quedado un fin de semana libre en el que algunos aprovecharon para despejar su mente y otros para ocuparla en lo que ellos deberían haber hecho el domingo a las 14.15: fútbol. Igual, en vivo o sobre el final de la fecha, nadie dejó de enterarse de lo que había pasado.
"Fue un fin de semana diferente, para desenchufarse. Venís jugando todo el tiempo, no se te dan los resultados, querés revancha y también se te niega. Parar te tranquiliza un poco", explicó Diego Barrado luego de un largo entrenamiento que se extendió entre las 16 y las 19, aproximadamente. Había que recuperar algo del ritmo perdido luego de dos días sin tocar la pelota, como dijo el volante. "Igual, el domingo por la noche me fijé cómo habían salido los partidos", agregó Barrado.
Lo que le pasó a Luis Rodríguez fue similar, ya que teniendo a su familia en Simoca, pudo tener un almuerzo dominical en paz, una situación inusual. "Estar junto a la familia un fin de semana siempre es muy bueno. Traté de seguir de cerca lo que iba pasando en el resto de la fecha, pero el descanso nos vino muy bien", aseguró.
De los que tienen su residencia original fuera de la provincia, algunos viajaron a reencontrarse con la familia. Matías Ballini y Cristian Lucchetti no pudieron hacerlo, así que con la familia lejos y con el control remoto cerca, desconectarse les fue imposible. "Prendía la 'tele' y lo único que había era fútbol. Me vi toda la fecha", confesó el volante central.
En su departamento, el arquero atravesó por lo mismo y hasta le agarraron ganas de jugar, aunque hubiese resignado su descanso. "Laucha" tampoco había podido sacarse de la cabeza lo que había pasado y los motivos de la suspensión. "Lo menos que queremos nosotros como jugadores es que se pare el fútbol, pero no queremos jugar en estas condiciones. Acá lo único que importa es que la pelota ruede y los demás facturen", analizó Lucchetti.
Es cierto, el show había continuado para los otros 18 equipos mientras Atlético descansaba y Huracán trataba de sacarse el miedo y las vivencias que les había tocado experimentar a sus jugadores. "Se debería haber suspendido la fecha entera", se quejó "Pulguita", algo que ya habían dicho Deivis Barone y Diego Barrado, vía Twitter. El deseo no se cumplió y, pese a la frustración, la ventaja del aire renovado no se la saca nadie. Por lo menos a algunos.