La vida del preso corría peligro. Esa fue la información que llegó a manos de la Justicia. Para que el reo no hablara, habrían decidido cerrarle la boca para siempre.
Ante el temor de que la versión fuera cierta lo trasladaron a otra dependencia, y su lugar de detención actual se mantiene bajo la más estricta reserva.
El recluso en cuestión no es uno más. Se trata del hombre cuya huella dactilar se encontró en la casa de Julia María Paz, en el country "Jockey Club". La mujer había sufrido un millonario robo en su vivienda en septiembre de 2012.
La investigación por el hecho incluye a 18 policías de la Dirección General de Investigaciones. Sucede que al momento del robo, el acusado estaba alojado en la alcaidía de esa dependencia, cumpliendo una prisión preventiva por un robo agravado.
La fiscala de Instrucción de la VIII° Nominación, Adriana Giannoni, llegó hasta el principal sospechoso a través del cotejo de una huella dactilar que había sido hallada por la Policía Científica en la casa de Paz. Al enterarse de que el hombre estaba en la dependencia policial, ordenó su inmediato traslado al penal de Villa Urquiza.
Fuentes de la investigación comentaron que el fin de semana pasado, Giannoni recibió el dato de que estaban preparando un atentado contra el preso para evitar que los delatara. Hasta ahora no había aportado datos sobre el robo cuando declaró en la Justicia. La fiscala se comunicó con el Ministerio de Seguridad de la Nación, y sus autoridades pusieron a disposición un lugar para alojar al preso, garantizando su seguridad y la más estricta reserva. El traslado fue realizado en un severo sigilo.
El secretario de Seguridad Ciudadana de la provincia, Paul Hofer, confirmó la información. "Fue trasladado. Estamos al tanto de la situación y se garantizó su seguridad", expresó.
La causa se encontraba bajo secreto de sumario hasta el viernes pasado. Sin embargo, las fuentes consultadas comentaron que Giannoni solicitó una prórroga al juez de Instrucción para poder avanzar con la investigación.
"Cuando termine el secreto de sumario se conocerá quiénes serán procesados por este hechos. Estamos muy conformes con el trabajo que viene realizando la Justicia", afirmó Hofer.
Panfletos en la calle
A media mañana del jueves y del viernes, desde un vehículo arrojaron panfletos anónimos frente a la sede penal de Tribunales, en avenida Sarmiento al 400. La misma situación se repitió en el Palacio de Justicia (La Madrid al 400).
La situación habría pasado desapercibida, si no fuera porque en los panfletos se mencionaba a los fiscales Diego López Ávila y Giannoni como responsables de que en Tucumán "no haya justicia". Casualmente, los dos representantes del Ministerio Público tienen causas en las que son investigados policías. López Ávila está a cargo de la investigación del robo a Mauricio Vece, en el country "Cerro Azul". El principal sospechoso había sido detenido por "desorden en la vía pública", pero su ingreso no estaba registrado en el libro de guardia de la alcaidía de la Dirección General de Investigaciones.
Además, la semana pasada López Ávila había ordenado la aprehensión de un ex comisario, acusado de haber usurpado una vivienda y de haber golpeado a su propietaria. En esta causa también están siendo investigados policías.
Los panfletos incluían a los jueces de Instrucción Alejandro Javier Tomas y Juan Francisco Pisa, quienes intervinieron en los distintos casos que investigan los dos fiscales mencionados.
Ante la posibilidad de que el "escrache" haya sido realizado con la intención de amedrentar a los magistrados, la Justicia solicitó al Centro de Monitoreo y Control de la Policía que remitan las imágenes de las cámaras de seguridad ubicadas en las esquinas de Tribunales, y determinar si está relacionado con algunas de las causas judiciales.
"Aunque no parezca un hecho grave, que se tiren estos panfletos anónimos contra fiscales que están llevando estos casos llama la atención. Queremos que se investigue, y pusimos a disposición las imágenes de las cámaras de seguridad", contó Hofer.