WASHINGTON.- El presidente de Estados Unidos, Barack Obama, calificó de "vergüenza" la derrota en el Senado de una enmienda que habría ampliado la revisión de antecedentes de los compradores de armas, en lo que se considera un duro golpe a sus intentos por endurecer las leyes sobre tenencia de armas. "Este es un día vergonzoso para Washington", dijo un claramente enfadado Obama en una declaración pública en la Casa Blanca poco después de que en el Senado no se lograran los 60 votos necesarios para que prosperara una enmienda para ampliar los antecedentes de armas, que sólo logró 54 apoyos frente a 46 rechazos.
La votación era la primera de una serie de enmiendas para lograr una ley más amplia en materia de armas que también aumentaría la seguridad en las escuelas, tras la masacre de 20 niños y seis adultos en un colegio de primaria de Newtown, Connecticut, a finales del año pasado.
Obama compareció en la Casa Blanca acompañado de familiares de algunos de los niños. De hecho, lo precedió en el podio Mark Barden, el padre de Daniel, uno de los pequeños que murieron en la matanza provocado por un joven, Adam Lanza, antes de suicidarse.
"Nos vamos decepcionados pero no derrotados, con la confianza de que el cambio ocurrirá pronto, siempre supimos que éste sería un largo camino, pero no podemos darnos el lujo de dar marcha atrás, seguiremos avanzando", dijo entre lágrimas.
Pero el mandatario prometió que la derrota en el Senado "no es más que el primer asalto" y llamó a los ciudadanos (el 90% de los cuales, recordó, apoya la ampliación de la revisión de antecedentes) a que hagan presión frente a unos senadores que rechazaron una propuesta que -sostuvo- representaba "progreso, moderación y sentido común". Obama acusó al lobby de armas de "mentir a propósito" con el objetivo de "enfadar a los dueños de armas e intimidar a muchos senadores".
"No había argumentos coherentes para rechazar la enmienda, sólo politiqueo", insistió un Obama cada vez más enfadado y flanqueado por otra conocida víctima de violencia de las armas, la ex congresista Gabby Giffords, así como por el vicepresidente Joe Biden, al frente de los esfuerzos por lograr una ley de control de armas más estricta.
El mandatario llamó al Congreso a actuar de una vez y prometió que seguirá insistiendo en medidas para mejorar reducir la violencia de las armas. Y su mano derecha en la Cámara Alta, el presidente del Senado y demócrata Harry Reid, también prometió poco después de la primera votación que no se darán por vencidos.
Pero en una muestra de las dificultades de este proyecto en el Capitolio, mientras el presidente hablaba desde la Casa Blanca el Senado también derrotaba otra de las enmiendas clave de su propuesta, la prohibición de armas de asalto. Varios familiares de las víctimas de asesinato masivos recientes no pudieron dejar de sollozar, a medida que conocían los resultados adversos de las votaciones. (DPA)