Los talleres históricamente más solicitados del EPAM son los que ponen el cuerpo de los adultos mayores en movimiento. Estos son, precisamente, los que ya alcanzaron el cupo máximo y cerraron la inscripción. 


Los interesados en asistir a los talleres y cursos deben dirigirse al ex complejo Sarmiento (avenida Sarmiento al 1.200). Los empleados llevan anotados más de 700 alumnos, a pesar de que todavía no cuentan con una oficina administrativa. Sin embargo, seguirán fichando hasta cubrir los cupos de todas las áreas. 

"Los talleres de yoga, gimnasia, tai chi, y ritmos latinos, entre otros, ya están totalmente cerrados. Son los que más se buscan, mucho más que los que tienen que ver con la formación intelectual", destacó María Luisa Virla, directora del EPAM desde hace tres años y docente desde hace 15. 

Este año, el programa contará con 52 talleres en total. Algunos de ellos tienen dos y tres niveles por lo que, desdoblados, la cifra asciende a 102 talleres. Se pueden tomar clases de teatro, computación, idiomas (inglés, francés e italiano), redacción, música, canto y pintura, entre muchas otras opciones. 

"Otro de los más solicitados es computación, con clases que van desde cómo agarrar el mouse hasta aprender a chatear con amigos y familiares -señaló Virla-. Creemos que ahora que no tendremos que pagar alquiler podremos comprar más computadoras y ampliar la matrícula en este taller, pero todo eso se verá". 

La hija del recordado rector de la UNT Eugenio Flavio Virla, creador del EPAM, informó que la cantidad de talleres es la misma que el año pasado y que la cuota pasará de $110 a $ 130, monto por el que se puede acceder a cinco talleres en simultáneo. "Es un precio más que razonable, teniendo en cuenta que un gimnasio arranca en los $ 150 llega a los $ 250", remarcó. Virla calcula que la matrícula será la misma que el año pasado: alrededor de 800 incriptos activos.


 El largo conflicto: la sede alquilada vs. la sede propia  

La casa donde el EPAM hizo más visible su tarea de educación no formal fue la de su tercera locación, en Rivadavia 417. Hasta 2009 la cooperadora pagaba el alquiler mensual, pero luego empezó a hacerse cargo la UNT. Según los propietarios de la vieja casona, entonces comenzaron los atrasos en los pagos. En mayo de 2012 el EPAM ya debía alrededor de dos años de alquiler. Fue cuando llegó la notificación de que comenzaba el juicio de desalojo. 

Los alumnos
se quejaban de que, pese a las promesas, las autoridades de la UNT no los recibían para tratar sus problemas. En una reunión, el secretario de Extensión, Mario Leal, les explicó que el contrato se había vencido, que los dueños establecían subas unilateralmente y que cuando querían pagar no les recibían el dinero. "Ahora viene toda esta deuda porque el contrato, aunque vencido, estaba a nuestro nombre", se quejaba Ester Bonanno, por entonces secretaria de la cooperadora. En ese momento se barajaban varias opciones para comprar o alquilar otra sede; entre ellas, el edificio de Muñecas al 400 que ocupa la Facultad de Derecho. "Buscamos un lugar más grande y con espacio al aire libre", había dicho Leal. Posteriormente surgió la revalorización del ex complejo Sarmiento y la posibilidad de que la UNT localizara los talleres en el predio propio. 


Quieren ascensor cuanto antes

La asociación Cooperadora del EPAM se mostró de acuerdo con el traslado de la institución al ex complejo Sarmiento, en la avenida Sarmiento al 1.200. No tener que pensar en el alquiler para invertir en material didáctico será una de las funciones que recuperará con fuerza la asociación.

"A nosotros nos encanta el edificio, siempre y cuando se cumpla con las cosas que nos prometieron", señaló Ester Bonanno, presidenta de la Cooperadora. Una de esas promesas, apuntó, es el ascensor para acceder al segundo piso. "A mucha gente le cuesta subir las escaleras, por lo que pensamos que el ascensor tiene que instalarse cuanto antes. Pero estamos contentos porque el lugar es muy lindo", remarcó.