Los resultados de la campaña agrícola tienen una clara importancia en Argentina por el impacto macroeconómico, tanto directo como indirecto que genera. A su vez, en el país comenzó la etapa clave de la campaña sojera de alta liquidación de divisas por exportaciones. Se proyecta una producción agrícola en Argentina que superaría las 93 millones de toneladas de los principales granos, 9,8 millones más que en 2011-12 (12%), pero un 4% inferior al récord evidenciado en 2010-11, indica un informe elaborado por el Instituto Argentino de Análisis Fiscal (Iaraf).
La cosecha de soja se estima en 51,3 millones de toneladas, cifra que representa un incremento del 28% respecto al bajo ciclo anterior, y el maíz podría alcanzar un nivel récord con una producción de 25,7 millones de toneladas. El Departamento de Agricultura estadounidense (USDA) pronosticó ayer una producción para Argentina en el caso de la soja y del maíz, de 51,5 millones y 26,5 millones de toneladas, respectivamente, para la campaña 2012-2013.
El valor bruto de la producción (VBP) para la presente campaña en el mejor de los escenarios rondaría los U$S 40.020 millones, dentro del cual la soja aportaría U$S 26.162 millones a la economía argentina, sostiene el reporte semanal del instituto que encabeza el economista Nadin Argañaraz. La cosecha de maíz aportaría U$S 6.731 millones en 2012-13 (en todos los casos se considera la venta total de la cosecha).
Por su parte, el escenario más conservador estima un VBP de la cosecha de los principales bienes agrícolas de U$S 37.781 millones, con U$S 24.638 millones correspondientes a la soja y U$S 6.350 millones al maíz.
El resultado de este ciclo, sería el segundo más importante de los últimos años, después de la campaña récord de 2010-11.
Desde lo macroeconómico, todas las miradas se centran en la cuantía de la liquidación de la cosecha de soja en los próximos meses. Ese es el gran interrogante que se tiene, advierte el Iaraf.
Las agrodivisas
Ya comenzó una etapa clave de la campaña sojera: la de la alta liquidación de divisas por exportaciones del principal complejo agroindustrial del país. Este año, será relevante el flujo de dólares proveniente de la producción agropecuaria -principalmente de la soja- y la actitud de los productores, quienes se debaten entre la liquidación de sus granos y la retención de la cosecha a la espera de un mejor resultado, sostiene el informe del Iaraf.
Empresas exportadoras de granos, harinas y aceites aseguraron al secretario de Comercio Interior, Guillermo Moreno, que durante el segundo trimestre del año se producirá una "fuerte liquidación de divisas", como consecuencia de la "abundante cosecha" de la presente campaña.
Representantes del Centro de Exportadores de Cereales (CEC) y de la Cámara de la Industria Aceitera de la República Argentina (CIARA) mantuvieron ayer un cónclave con Moreno, durante casi tres horas, donde le presentaron las últimas perspectivas de las cosechas de maíz, soja y trigo. "El aumento de la producción de esta cosecha y los precios sostenidos en el mercado internacional, permiten avizorar un fuerte ingreso de divisas", expresaron a la agencia DyN empresarios del sector.
Según informaron los empresarios, durante la reunión se revisaron en conjunto las perspectivas del sector en los próximos meses en cuanto a la comercialización de productos de los complejos de soja, maíz y trigo.
Los exportadores destacaron que "la temprana y oportuna apertura del saldo de cuota de exportación del maíz posibilitó al país capturar los elevados precios del mercado internacional". En ese sentido, se confirmó una apertura de un saldo exportable del maíz para toda la campaña 12/13 de algo más de 19 millones de toneladas, de las cuales 15 millones ya habían sido anunciadas en julio del año pasado.
En relación con el trigo, los exportadores se comprometieron a buscar, en coordinación con la Secretaría de Comercio Interior, mecanismos para incentivar la producción del cereal mediante la mejora de los márgenes de rentabilidad. Moreno encomendó a representantes de una cooperativa exportadora, que nuclea a pequeños productores, la realización de un estudio con estimaciones de costos de la producción de trigo, cuyos resultados serán auditados por la Secretaría de Comercio Interior.