La fecha abrió con un 0-0 entre Gimnasia (LP), el escolta de Central, y Brown, por lo que Atlético, debía ganar si quería seguir teniendo chances. Pero nada de eso pasó y el equipo que conduce Ricardo Rodríguez nunca encontró el juego necesario para llevar peligro real al arco juninense.
Fue tal el desconcierto mostrado por el equipo durante los primeros minutos, producto del nuevo sistema táctico propuesto por "RR", que recién sobre el final de la primera parte se pudo ver lo mejor del "decano".
Pero el gol, que llegó cuando parecía que los tucumanos se acomodaban en el campo rival, terminó por destruir lo poco que había construido Atlético, que encima debía lidiar con el resultado en contra.
Los nervios y la ansiedad que bajó desde las tribunas no hizo más que apresurar a los jugadores, que se fueron de la cancha cuestionados y derrotados.
Atlético mostró poco para lo que necesitaba. Tal vez, desde ahora, los objetivos cambian. Llegar a 50 puntos y poner la cabeza en la Copa Argentina puede ser una buena opción. Pelear por el campeonato ya parece un imposible.
Síntesis